No siempre nos queda París

El Barça insistía en la presión ya que la inspiración le fallaba . Concentración máxima, eso no se les pudo reprochar. Pero era como si los chicos intentaran correr después de haberse dado un atracón en el almuerzo. Empezó a llover con ganas en La Coruña. Suerte que Riazor tiene un buen drenaje.

El Dépor no hacía gran cosa pero mantenía su ánimo intacto en tanto que el Barça no era capaz de marcar. Una cortina de agua movida por el viento dejaba sin tupé a Piqué. También está guapo como un Tintín mojado. El partido estaba expuesto a accidentes por causa de los elementos: los resbalones y la imprecisión en el bote del balón podían dar ventaja o perjudicar a cualquiera de los dos equipos aunque de momento la tarde pasaba sin oportunidades. Messi quería aportar pero lo conseguía sólo en una muy modesta medida . El Barcelona corría el riesgo de dejar para más tarde la resolución de uno de esos partidos que parecen asequibles hasta que en el minuto 70 empiezan las prisas y la angustia. Sergi Roberto se fue de dos como un «canoli» pero no se atrevió a chutar y Lux pudo rechazar su centro.

Quien de verdad cumplió fue Joselu . En el 39 chutó cruzado y una mano prodigiosa de Ter Stegen mandó el balón a córner, pero a la salida de éste las manos del portero alemán no fueron tan eficaces -tal vez porque la pelota estaba mojada- y permitió que el delantero local pudiera rematar sin oposición el primer gol . Así llegamos al descanso. Otra vez al Barça le tocaba remontar.

Y es lo que empezó a hacer Luis Suárez en el primer minuto de la reanudación cazando una vez más un rechace de Arribas y chutando co furia y sin pensarlo para batir por el palo corto a Lux. A partir de ahí el partido se abrió peligrosamente para el Barça y en el intercambio de golpes el Dépor demostró que no era manco, con notables llegadas a las que sólo les faltó algún remate en condiciones. Lejos de acobardarse, el Dépor se vino arriba cuando los visitantes lograron el empate y gozaron de sus mejores minutos. Tal vez aprendieron la amarga lección de Emery y de lo que pasa cuando administras lo que tienes como un modo cobarde.

Iniesta y Rakitic entraron por André Gomes y Arda . Acertados cambios y acertada nueva disposición, pero el Dépor arañaba a la contra y Joselu remató de primeras lo que pudo ser el 2 a 1 pero un atento Ter Stegen lo evitó. El Barça no hallara la puntería pero brillaba en la presión y en la recuperación, en la insistencia, en el agobio. Sólo le faltaba un poco precisión y parecía que en algún momento la encontraría. Pero quien de verdad se volvió a adelantar fue el Dépor. Soberbio cabezazo de Bergantiños otra vez a la salida de un córner. Al Barça le quedaba un cuarto de hora para marcar dos goles. Suárez pudo empatar en el 34 pero falló lo fácil cuando lo difícil estaba hecho. Buena acción ofensiva del Barça, aunque también fue mérito de Lux.

Al Barça no le faltaban oportunidades pero le traicionaba la angustia . Demasiada ansiedad de última hora, aunque lo cierto es que fue la tónica general del partido: más ganas que acierto en los de Luis Enrique, que pese a todo no dejaron de buscar el gol, pero fue Joselu quien casi consigue el tercero de no ser por una prodigiosa intervención de Ter Stegen . Era más fácil lo del miércoles que lo de este domingo, pero no siempre nos queda París aunque las más bellas películas insistan en decirnos que sí.