El lío del Covid llega a los playoff de ascenso: «Estamos muy dolidos»

Para entender este lío en el fútbol modesto hay que mirar atrás. La paralización de la Liga obligó a la RFEF a modificar el playoff de ascenso para establecer un formato exprés. Dos semifinales y una final entre los cuatro primeros para decidir un ascenso en cada uno de los 18 grupos de Tercera división. Este año, sin embargo, los equipos que suben de categoría son 20 para cuadrar una Segunda B que en el curso 2020-21 estará conformada, por primera vez, por cien clubes. Por eso, la Federación decidió que los líderes de cada grupo de Tercera que no ascendieran en el playoff disfrutaran de una segunda oportunidad enfrentándose entre ellos en una repesca por esas dos plazas, fase de la que ha quedado excluido el Portugalete por esa decisión de Competición. «Y por mirar por la salud del equipo y de los rivales, vamos a quitarles la repesca... Así estamos», se lamentó ayer irónicamente Ezequiel Loza, el entrenador, a través de sus redes sociales.

Un malestar que el presidente Rivacoba transmite telefónicamente a ABC. «Llevábamos mucha carga con este playoff atípico que se está alargando mucho más de lo normal y, cuando llegó el momento decisivo, nos surgió un problema que hemos resuelto con honestidad. Como premio, ahora vemos mermados nuestros derechos porque nos quitan la posibilidad de la repesca, esa resolución supone un golpe muy duro», insiste.

El sábado se disputaron todas las finales de ascenso a Segunda B, excepto el Portugalete-Sestao , aplazado al detectarse un positivo en la novia de un jugador portugalujo que inmediatamente alertó a su club. Plantilla, técnicos y directivos dieron negativo en los tests que pasaron el domingo, excepto el futbolista que desató la alarma. Como en el caso del Dépor-Fuenlabrada , la falta de tiempo es el mayor enemigo porque hay que terminar la Liga y el Juez de Competición dejó al Portugalete sin posibilidad de respeca para evitar paralizar el playoff durante días. «A los ojos de todos deberíamos ser el ejemplo a seguir y más cuando están pareciendo informaciones de que hay algún equipo que ha jugado este fin de semana con algún positivo que no ha comunicado», asegura el dirigente.

La decisión no supone que al Portugalete se le haya escapado definitivamente la posibilidad del ascenso, pero tendrá que hacerlo ganando en la final al Sestao. No dispondrá de una nueva bala como otros. Solo Linares, Marino, Lealtad y Alcoyano gozarán el próximo fin de semana de esa segunda oportunidad. «Cuando los jugadores salgan del confinamiento y podamos jugar, vamos a luchar hasta la extenuación por el ascenso, eso está muy claro. Lo que nos está pasando ahora va a ser un estímulo más», advierte el presidente, que también está consultando la posibilidad de llevar el caso por la vía judicial. El Gobierno vasco realizará pruebas de verificación al Portugalete a partir del lunes 3 de agosto, por lo que el partido ante el Sestao, «si todos dan negativo y como muy pronto», se podría celebrar «entre el 6 y el 7 de agosto», argumentó el Juez de la RFEF. Eso llevaría la repesca casi hasta mediados de agosto y la Federación no ha querido dilatar tanto el curso.

Desde el club portugalujo aseguran que tienen la conciencia muy tranquila y dicen que han actuado con responsabilidad para preservar la salud de sus jugadores y la de sus rivales, pero se muestran molestos por ser el único club que, pese a seguir todos los protocolos, ve mermadas sus opciones de ascenso a Segunda B, objetivo por el que llevan peleando desde hace meses.

Mientras el Portugalete se lamentaba, ayer se celebró el sorteo de la repesca, que emparejó a Lealtad-Alcoyano (1 agosto) y Marino-Linares (2).