España, en permanente estado de obra

Sigue España en permanente estado de obra, sin coger poso y alternando momentos de lucidez con apagones impropios para una selección que aspira a ganar grandes títulos. El problema, más allá de empezar la fase de clasificación hacia el Mundial de Catar con un empate en casa, está en que cada vez queda menos para la Eurocopa . Mucho tiene que cambiar de aquí a junio para que el equipo nacional consiga convencer a la afición de que aspira a ganarla, pues quedan muchas piezas por encajar.

Van ya nueve partidos desde que comenzó la segunda etapa de Luis Enrique en el banquillo de la selección y el balance no es demasiado alentador: solo tres victorias frente a cinco empates y una derrota, la sufrida en octubre del año pasado ante Ucrania, en Kiev (1-0), en un partido similar al del pasado jueves que se fue complicando hasta acabar aún peor.

España solo ha ganado uno de sus últimos cinco encuentros. «No me preocupa ni me dice nada. Las estadísticas ventajistas me dan complemente igual», se rebelaba ayer el seleccionador al ser preguntado por ese asunto. En la derrota y en la victoria, el asturiano asegura seguir convencido de su idea.

Es muy difícil, por no decir imposible, adivinar en qué once estaría pensando Luis Enrique para el estreno en la Eurocopa si tuviera a su disposición a todo el arsenal de jugadores con los que ha contado, sin lesiones ni bajones de forma de por medio. A día de hoy solo parecen fijos Unai Simón , y con las reservas propias de un puesto en permanente debate, y la pareja de centrales formada por Sergio Ramos y Pau Torres, lesionado en esta ocasión, pero refrendado por el seleccionador en los partidos importantes durante las últimas convocatorias. En otras posiciones, como las de interior y extremo, hay un buen número de candidatos, y ahí sigue el entrenador decidiendo quién le entra más por los ojos.

Pero en determinados puestos apunta a tener un problema más gordo. Con Dani Carvajal y Sergi Roberto lesionados y Jesús Navas fuera de su mejor forma, Luis Enrique sorprendió con una convocatoria en la que solo aparecía Pedro Porro como lateral derecho puro. Ante Grecia se comprobó que el otro era Marcos Llorente . «Yo creo que aporto más como interior, pero quiero ayudar», dijo el rojiblanco, disciplinado. Utilizar de lateral a uno de los jugadores en mejor forma de toda la Liga, en un partido que había que desatascar en su vertiente ofensiva, no parece la mejor idea.

Se echa en falta también mayor liderazgo en el campo, porque Luis Enrique sí lo ejerce desde el banquillo. Ante Grecia se hizo evidente tras el cambio de Sergio Ramos en el descanso.Faltan jugadores que suman galones y tiren del equipo en los momentos complicados.

Frescura. Fue la palabra más utilizada por Luis Enrique en su análisis del empate ante Grecia. La ausencia de ella, se entiende. España cerró el encuentro ante la selección helena con un 80 por ciento de posesión, pero al margen del gol de Morata solo se recuerdan un disparo al larguero de Dani Olmo y una doble ocasión de Koke como jugadas que pudieran haber cambiado el signo del partido.

A España se le apagaron las ideas en el aspecto ofensivo y es algo que empieza a ser recurrente en la era de Luis Enrique. Ante equipos cerrados, cuyo mayor esfuerzo es cortar las líneas de pase cerca de su área, se sufre demasiado. Ocurrió, ya se ha dicho, ante la Ucrania de Shevchenko, pero también en los dos duelos de Nations League ante Suiza. La selección peca de horizontalidad porque no ve la manera de perforar ese tipo de muros, se estanca en posesiones interminables o finalmente tira por la calle del medio para intentar entrar por donde resulta imposible. Solo la entrada de Bryan Gil consiguió dar cierta mordiente. «En la fase de finalización nos ha faltado finura», resumía el seleccionador.

Presume Luis Enrique de no fijarse ni en la edad ni en la procedencia de los jugadores a la hora de confeccionar sus listas de convocados. Y nadie le puede quitar la razón. Pero también dice confiar en aquellos jugadores que están en mejor forma. Y ante eso ya se plantean más dudas. Casos como los de Eric García o Ferran Torres son apuestas personales suyas más allá de que en su club gocen de más, menos o ninguna oportunidad. Algo parecido ocurría con Kepa, que hasta esta convocatoria se mantenía en las concentraciones de España pese a su suplencia en el Chelsea. Y luego está el caso contrario, ausencia sonadas que se hacen más visibles por el buen nivel de los protagonistas. Ahora, por ejemplo, se le afea a Luis Enrique que en su equipo no estén hombres como Lucas Vázquez, Iago Aspas o Iñaki Williams pese a que están dando un extraordinario rendimiento en la Liga. O que también se hayan caído gente como Mikel Merino o Adama Traoré, que parecían haber entrado con buen pie en el equipo. Como siempre, seleccionador solo hay uno. Opiniones, todas las que se quieran.

A modo de conclusión, toca pasar página cuanto antes del inesperado empate ante Grecia. Lo bueno es que hay un partido mañana con el que poder resarcirse. Y otro el próximo miércoles. Lo malo es que tanto Georgia como Kosovo , los dos rivales a los que se ha de medir España, plantearán problemas similares a los que se ha encontrado la selección en este arranque de la fase de clasificación mundialista. «Seguiremos insistiendo, atacando de la misma manera, no cambia nada este resultado», asegura Luis Enrique. Georgia ya sorprendió a España en el último amistoso previo a la Euro 2016 (0-1 en el Coliseum de Getafe). En su mano está que los jugadores encuentren esa frescura y que la selección no se meta en un lío. El trayecto hasta Catar es corto y no da pie a más tropiezos.