Resumen y goles del Barcelona 5 - Mallorca 2
Como si hubiese vuelto Guardiola
Gran partido en el Camp Nou con exhibición de Messi, triplete y pichichi
Crónica
Se palpaba la destrucción de Occidente en la zona más noble de la tribuna del Camp Nou: la peña barcelonista de Rabat nos visitaba con su estruendo, su obscena demostración de posibles y su atraso. Toda clase de sonidos guturales, que yo ni ... imaginaba que un hombre pudiera llegar a producirse. Y justo frente al atraso coránico, en el lateral, se desplegaba la habitual pancarta independentista, con una única palabra “Llibertat”: el independentismo ha decrecido tanto, en número, en griterío y en ambiciones, que esta “Llibertat” uno ya no sabía si era una petición política o un anuncio de productos para la higiene íntima.
El Barcelona salió un poco más despierto de lo que venía siendo habitual en los últimos partidos, más eléctrico, con un control más afinado del balón, como si volviera a gustarle el fútbol, y todo ello lo concretó Griezmann en el minuto 6, dando forma a una precisa asistencia de Ter Stegen : carrera intensa, inspelable, para acabar picando el balón con suavidad por encima de Manolo Reina. El gol fue esencialmente mérito de la asistencia maravillosa del portero alemán del Barça. Ter Stegen es tan bueno, y tan completo, queencontramos ya normal que los porteros dan asistencias de gol.
A pesar de la mejoría, el Mallorca tuvo antes dos ocasiones de gol francamente claras gracias a la inestimable colaboración de la lechosa defensa azulgrana. Preocupantes facilidades. Pero de todos modos la noche pintaba amarga para el equipo visitante y por si quedaba alguna duda, Messi en el minuto 17 marcó el segundo de un soberbio disparo desde el borde del área, casi sin impulso, y con una potencia impresionante. Fue un disparo de genio que juega a enseñarte, como para reírse de ti, que la fuente de sus recursos es inagotable. Los gritos de independencia recurrentes en aquel minuto, quedaron silenciados por la explosión de júbilo. Fue la verdad y fue una metáfora.
El Barça se lo pasaba bien y nos lo hacía pasar bien a los 71.072 espectadores que asistimos al estadio. Al Mallorca, desbordado, y que a duras penas podía salir de su área, el partido se le hacía muy, muy largo. A la media hora, un 70 por ciento del partido se jugaba en campo visitante, espachurrado como una ensaimada de crema tras un vuelo complicado. Mucho más que el ataque posicional, el mejor argumento azulgrana era la presión en la recuperación cuando el rival trataba de salir con la pelota controlada. Espléndido Busquets. Pero si las virtudes mejoraban, los defectos no desaparecían y la defensa de mantequilla se dejó hacer un gol por un Mallorca casi desaparecido. Budimir. Tiene ahí un drama el Barça, un drama que en Europa se paga caro.
Pero dejemos las charletas para cuando los problemas lleguen porque anoche cada defecto quedaba disimulado por un talento superior: primero, otro disparo de Messi, muy parecido al del Wanda, fue segundo gol de la noche. Un disparo duro, seco, colocado, perfecto. Como una columna de Quintano aunque no le guste que el Barcelona marque. Luego, al filo del descanso, Suárez culminó de tacón -espectacular- una no menos genial jugada al primer toque de Busquets y De Jong . Sólo diré que miré al banquillo por ver si en lugar de Valverde había regresado Guardiola.
El Barça volvió del descanso como de una “petite mort”, algo atontado, pero la verdad es que tras el recital de la primera parte a nadie le impacientaron unos minutos anodinos de vagar por el campo: minutos interrumpidos en el 6, justo cuando De Jong cruzó el campo como una gacela imprevista, sin que ningún defensa pudiera darle caza. Sensacional estampa, que Griezmann no supo culminar.
Arturo Vidal en el 18 entró por De Jong. Ovación merecida para De Jong. Y en el mismo minuto sucedió lo que casi nunca sucede, que es que cantó Ter Stegen en una salida ante un centro lateral, como si fuera un córner. Segundo gol de Budimir. Calculó mal la distancia el portero alemán. Todo el mundo puede equivocarse, también Ter Stegen, pero llamó la atención que precisamente él cometiera un error tan tonto. Aleñá entró por Rakitic , ante la indiferencia del Camp Nou, también sorprendente. La fama que tiene de fiestero tal vez tuviera algo que ver. El Mallorca tuvo el tercero pero lo salvó una mano prodigiosa de Ter Stegen. Pero Messi es quien dicta las sentencias, los salvoconductos y las cartas de presentación para el Cielo y en el 82 marcó el quinto, dejándonos para la colección otro de sus “hat-tricks”.
Buenísima la primera mitad, anodina la segunda. Noche feliz en el Camp Nou, como hace meses que no la teníamos.
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