Dos expulsiones frenan al Valladolid

La UD Las Palmas llegaba a este primer "acto" con una inercia positiva y la indumentaria de favorito. Las molestias que había sufrido Jonathan Viera, el futbolista más en forma del equipo canario en el final liguero, no le impidieron jugar.

Ninguno de los dos técnicos apostó por el músculo inicialmente. Paco Herrera recurrió al fútbol "de seda" de Juan Carlos Valerón, sacrificando a un medio centro defensivo, y Rubi prescindió del sello vertiginoso del colombiano Johan Mojica a cambio de la pausa y el toque de Álvaro Rubio. Sin embargo, la lluvia caída durante todo el día en Valladolid dificultó muchísimo el juego. El campo estaba pesado y con charcos, situación nada propicia para florituras o labores de orfebrería.

No obstante, las noticias se sucedieron en el área vallisoletana y fue Roque Mesa el que tuvo la primera opción de marcar tras un balón perdido por el portugués André Leao. Fue un claro aviso, poco antes de que Araujo aprovechara una indecisión de Samuel Llorca para marcar el gol grancanario (min. 8).

En un mar de imprecisiones, el medio campo del Valladolid naufragó durante la primera media hora. Se hartó de perder balones ante un rival que gobernó esa zona durante la primera fase del encuentro. El Real Valladolid, sin juego en bandas en esos momentos, se atascaba y sufría porque le faltaba fluidez o claridad de ideas en su "sala de máquinas".

El portero visitante apenas intervenía, ni siquiera vio el balón de cerca hasta que Hernán Pérez perforó su portería en el minuto 23 después de un disparo rotundo con la pierna izquierda que se coló pidiendo "permiso" a uno de los poste.

Con Hernán al mando de las operaciones ofensivas del Valladolid y su marcador, Ángel López, sufriendo en cada arrancada del paraguayo los locales dieron la vuelta al partido y comenzaron a mandar hasta el punto de encerrar a su rival. A tal extremo cambió el estado de las cosas, que a la UD Las Palmas le salvó "la campana" del descanso.

En los primeros minutos de la reanudación, pocas cosas cambiaron salvo que Valerón dejó su sitió a Hernán Santana. El Valladolid olvidó sus lagunas y carencias de los primeros minutos para seguir a lo suyo. Acometedor y con más viveza que su oponente, sobre todo tras la entrada de Mojica, los vallisoletanos dominaron a una UD Las Palmas más defensiva.

No hubo muchas ocasiones, pero un "pase de la muerte" de Johan Mojica a David Timor pudo ser el 2-1 antes de que Aythami diera un susto a Javi Varas que permanecía desocupado e inactivo, ya que la UD Las Palmas daba la impresión de firmar "las tablas".

En plena agonía del equipo amarillo, las expulsiones casi consecutivas de Javi Chica y de David Timor, por doble amonestación, dieron aire a los grancanarios y embarullaron el partido. Y es que la inferioridad numérica frenó en seco el afán ofensivo local.

Pese a todo, Johan Mojica tuvo la opción de marcar el segundo gol con un estadio ya entregado para entonces a un Real Valladolid bravo y que apeló la épica para aguantar el resultado.