Pedro León, de San Siro al paro

Unos días después, un enfrentamiento con el portugués lo relevó a la suplencia y, después, a la grada, para terminar cedido lejos del Bernabéu. Después de convertir al murciano en uno de los grandes fichajes de su primer proyecto en el cuadro blanco, rompió relaciones con el jugador. Tres años después de aquel partido en San Siro, la vida del jugador es muy diferente a la que se pensaba que tendría.

El Getafe lo ha dejado sin ficha para la próxima temporada. El club azulón superaba el tope salarial de 17 millones de euros que le impone la LFP y ha decidido no inscribir a Pedro León en su equipo, algo que no ha causado «ningún trauma» a su presidente , Ángel Torres. El jugador tuvo ofertas a lo largo del verano de tres equipos. El Sevilla se fijó en él, pero su interés no satisfizo al conjunto madrileño, como tampoco lo hicieron las propuestas del West Ham inglés y del Hannover alemán. Nada parecía suficiente para el Getafe, que, por contrato, tenía que pagar el 50 por ciento de lo que ingresara por el murciano al Real Madrid

Las negociaciones llegaron al punto de intentar rebajar la ficha del jugador, pero se negó y el club no tramitó su ficha. Continúa entrenándose con el equipo, pero no podrá jugar, por lo menos, hasta diciembre. «Tenía posibilidad de arreglarlo y si no se ha arreglado qué culpa tiene nadie», comentó ayer el máximo mandatario azulón.

Palabras muy criticadas por la AFE, que asegura que no se puede dejar a un jugador en la grada toda una temporada. «No comprendemos lo que está montando el presidente del Getafe. O está mintiendo o no hay muchas luces en ese club», indicó el responsable de la asesoría jurídica del sindicato, Santiago Nebot, a la Cope. Explicó también que emprenderían acciones legales contra la LFP porque no tiene «facultad» para denegar ninguna licencia si cumple los requisitos.

La solución parece fácil y pasaría por solicitar en el juzgado la rescisión del contrato del jugador con el club, aunque el Getafe tendría que pagar una indemnización. Eso sí, estará tres meses viendo el fútbol por televisión, una vida muy diferente a la que tenía antes de aquel gol en San Siro y de su rifirrafe con Mourinho.