Sainz, de la operación de apendicitis a la primera línea

En la clasificación de sábado no participa Sargeant, el piloto de Williams. El accidente de su compañero Albon del primer día dejó una noticia sorprendente: Williams no tenía un chasis de repuesto y, por tanto, su segundo coche no participa en el gran premio australiano. El equipo tiene que elegir y se decanta por Albon. Sargeant se queda fuera de la carrera, la crueldad de la F1.

Albon salva el primer corte, la Q1, en la que caen eliminados Hulkenberg, Gasly, Riccicardo y Zhou. Temporada desastrosa para Alpine, porque a Ocon casi lo tumban en la misma ronda.

La tanda confirma la potencia de Ferrari a una vuelta. Carlos Sainz se coloca primero (1.16:731) y su compañero Leclerc lo escolta con el segundo tiempo. Verstappen no se puede pasear, al menos esta madrugada. Fernando Alonso, en buena línea, se ubica quinto, a corta distancia de Sainz.

Sainz progresa en sus tiempos por la mejoría de la pista en Albert Park (más goma en el asfalto, más agarre para los coches) y vuelve a mandar al pelotón (1.16:189), seis décimas menos que en la Q1.

A su compañero Leclerc le cuesta llegar a los registros de Sainz, aunque bien es sabido que el monegasco suele destapar el tarro de las esencias en la Q3. Vuele a estar Verstappen por detrás de los dos Ferrari, no lo tiene tan sencillo como otras veces.

Fernando Alonso no luchará por la pole, queda claro en la Q2. Tiene dos equipos por delante, Ferrari, Red Bull, y los McLaren a la par. El español concluye sexto. En este tramo se queda fuera Hamilton, de nuevo derrotado por Russell (pasa a Q3) y sin velocidad en el Mercedes.

La Q3 se convierte en un duelo entre Verstappen y Carlos Sainz. El español no se supera en el primer intento y queda claro que el neerlandés sacará lo mejor del Red Bull en el momento decisivo. Así sucede, en el segundo asalto a los tiempos, Verstappen es el único que baja de 1.16 (1.15:915), dato suficiente para lograr la pole. Sainz se queda en 1.16:1 y saldrá en primera línea, al lado del dominador.

Para Alonso la Q3 es un fastidio porque se sale en la curva 6, pierde el control del coche y daña el fondo del Aston Martin, el elemento más sensible en la ingeniería Fórmula 1. Los mecánicos se afanan en arreglar algo el suelo, pero no hay manera. Alonso no mejora la vuelta y saldrá décimo.