Las dificultades que se abren para cumplir los criterios de exclusión de las atletas trans

Se adhiere a esta norma también la Federación Española, que apoya la idea «porque es la posición que defiende los intereses de todas nuestras atletas profesionales, de élite», dicen fuentes federativas a este diario. Esta normativa se alinea con la de otras federaciones, como la de natación o la de rugby internacionales.

En su adaptación a España, la recién aprobada Ley Trans señala que «en las prácticas, eventos y competiciones deportivas en el ámbito del deporte federado, se estará a lo dispuesto en la normativa específica aplicable, nacional, autonómica e internacional, incluidas las normas de lucha contra el dopaje, que, de modo justificado y proporcionado, tengan por objeto evitar ventajas competitivas que puedan ser contrarias al principio de igualdad», en su artículo 26.3.

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Por tanto, las competencias de cada torneo quedan supeditadas a lo que considere la entidad organizadora de dicha competición, dejando al arbitrio de las Comunidades Autónomas cómo regir en las competiciones autonómicas. Son doce las regiones que obligan a respetar el sexo autoidentificado para permitir la participación de un deportista en una competición, lo que abre una incongruencia conforme la carrera deportiva de un atleta siga su curso. «Sí, se puede dar el caso de que en una Comunidad Autónoma haya gente compitiendo que luego no pueda participar en un campeonato de España», continúan desde la Federación. Y también, subrayan, habría que determinar de qué pruebas se tratan, por lo que sugieren ir caso por caso aunque, por el momento, no se han encontrado en esta situación.

Además de este choque entre competencias que puede repercutir en las aspiraciones, objetivos, ilusiones y las propias carreras profesionales de los deportistas trans y no trans, existe otra laguna de incluso más difícil resolución: la autodeterminación de género. Lo señala para este periódico Irene Aguiar, asesora jurídica especialista en derecho deportivo: «En España, el problema con la Ley Trans es que permite cambiar la mención registral del sexo a voluntad; es decir, al deportista solo se le pide el DNI para poder competir en una categoría u otra, y ahora podrá constar uno diferente al real». Lo que se traduce en que no se podrá comprobar si se cumplen o no las normas de pasar la pubertad como hombre o como mujer para poder admitir al deportista.

Esta situación se produce en España desde que se promulgaran las leyes sobre las personas trans en 2015, pero los casos no habían tenido suficiente eco en el mundo del deporte hasta ahora. «Es verdad que si quieres sacarte una licencia, apuntas masculino o femenino, sin más. Pero en este caso, saltaría la alarma en el momento en el que esa persona tomara parte de la competición. Siempre estamos hablando de hombres que se hormonan para ser mujer, no al revés, porque es donde se produce la ventaja física. Esto es atletismo, todo es diferencia física, y lo normal es que en cuanto esta persona compitiese, destacase mucho por sus resultados. En ese caso, tendría que pasar las pruebas necesarias para que cumpliese los requisitos», dicen desde la Federación.

Sin embargo, no todas las federaciones ni estamentos deportivos tendrán recursos económicos para realizar estos test de comprobación de sexo que, podrían, además, entrar en una disputa sobre intimidad aunque las pruebas de este tipo ya no son tan invasivas como las de antes. «Las de ahora son menos que una prueba de covid, no atentan contra los Derechos Humanos, pero puede poner en tela de juicio también a mujeres con aspecto más masculino», señala Aguiar.