Jonathan Milan gana al esprint y 'birla' el maillot amarillo a Pogacar

La etapa, de 204,6 kilómetros entre Premilhat e Issoire, tuvo un tono más templado que la jornada inaugural. Paul Ourselin volvió a lanzarse en solitario con el mismo objetivo que el domingo: asegurar puntos para la clasificación de la montaña. Coronó en cabeza las cotas de Font Nanaud, Saint-Priest-des-Champs, Rivaux y Saint-Jacques-d'Ambur, hasta que fue alcanzado por Romain Combaud, Victor Guernalec y Chris Juul-Jensen. El cuarteto resistió hasta el Chateau de Buron, penúltimo puerto del día, donde empezó a descomponerse bajo la presión del pelotón.

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Los equipos con intereses en la llegada asumieron el control. Todos salvo Lidl, que tuvo que rehacerse después de que Milan perdiera contacto en la subida. La remontada fue eficaz y el grupo principal quedó reagrupado a cuarenta kilómetros de meta, ya dentro del circuito final en bucle.

Quedaba una última dificultad, Nonette, un puerto de cuarta categoría donde Romain Bardet lanzó un ataque breve pero sin eco. Nadie respondió, y el intento murió pronto. El ritmo impuesto en cabeza disuadió cualquier otro movimiento.

El esprint fue limpio y contundente. El tren del Lidl-Trek preparó la llegada y Milan no dio opción. Venció con claridad por delante de Fred Wright y Mathieu van der Poel, que sí entró al corte decisivo. Pogacar, en cambio, se mantuvo al margen.

Este martes se disputa la tercera etapa, entre Brioude y Charanteonnay: 207,2 kilómetros con perfil quebrado, desnivel constante y varios pequeños puertos esparcidos por el recorrido. Otro día rompepiernas antes de la contrarreloj individual del miércoles, primer examen serio para los favoritos.