Mar de fondo en el Movistar

El ciclismo es un deporte de equipo que tiene que conjugar los intereres de un grupo de individuos. No es fácil. La guerras internas en el seno de un equipo forman parte de la historia de este deporte . A Mikel Landa le persigue ese maleficio. Siempre tiene a un compañero que le tapa. Le pasó con Fabio Aru en el Astana, con Froome y Thomas en el Sky, con Carapaz en el pasado Giro y ayer con Quintana, ganador en Valloire, en una meta que el Movistar quería en el inicio de la etapa conquistar con el alavés.

La táctica del conjunto español cambió en mitad de Izoard . Quintana, Amador y Verona iban en fuga. «Salimos para hacer de puente a un ataque de Mikel, que se sentía muy bien», desveló en la meta el propio Quintana. Ese era el plan trazado en la pizarra del vestuario. La etapa volaba. El equipo de Alaphilippe, agotado, no recortaba tiempo. La escapada se alejó hasta ahorrar casi nueve minutos. Quintana entraba en el podio, era casi líder. Detrás, el Movistar aceleró con Soler para probar a los rivales de Landa. Ese latigazo redujo el grupo a menos de veinte. Se veía venir el golpe del alavés. Y, sin embargo, el Movistar se frenó. Tapó a Landa . «Hemos parado para que la fuga de Quintana se fuera», relató el corredor de Murgia. No quería polémicas.

Fue Quintana, el beneficiado por el cambio de planes, el que desveló el proceso del cambio táctico: «La intención inicial era subir puestos en la general con Mikel. Habíamos hablado con el equipo para plantear varias estrategias. Y al final ha salido la de luchar por el triunfo de etapa. Por detrás mis compañeros intentaron acelerar para que pudiera atacar Mikel. Pero los rivales aguantaron y levantaron el pistón . Bueno, a mí me fue bien en lo personal». Aun así, el colombiano dejó una crítica a la dirección de su equipo. El arreón de Soler le recortó casi tres minutos a su fuga. Con ese tiempo Quintana estaría en posiciones de podio. « Es lo que pasa cuando se juegan varias bazas », soltó.

Se le notaba feliz, emocionado. «Estas son las grandes etapas y en esta he dicho ‘aquí estoy, presente’». Es su tercer triunfo en el Tour. Su ataque a 7 kilómetros del Galibier rompió a Bardet y Lutsenko. «Vengo de mucha tristeza por etapas anteriores. Esto premia todo el trabajo y el sacrificio», subrayó. Quiso compartir el triunfo con su familia, su país y su equipo. Andrey Amador volvió a ser clave . El ecuatoriano se fugó para catapultar a Landa y al final remolcó a Quintana.

A Landa le quedaba como consuelo la constatación de que este Tour es incontrolable. «Se ve que las fuerzas están muy igualadas. Vienen dos etapas que van a ser muy difíciles de controlar », avisó. No renunciaba. Pero le queda una ocasión menos. La etapa de ayer, de más de 200 kilómetros, estaba hecha para un ataque lejano. Para apoyarse en varios compañeros en fuga y saltar la banca en el Galibier. No pudo. La fuga de Quintana, que en principio era para beneficiarle, le cortó las alas. Con todo, el alavés elogió a su compañero: «Nairo es duro. Nunca se rinde».

El colombiano le ha quitado la séptima plaza en la general. Quintana está a 3 minutos y 54 minutos de Alaphilippe. Landa, a 4.54 . Y Valverde, a 5.58. En cada etapa montañosa de este Tour el Movistar ha reclamado el mando. Faltan dos jornadas breves, de altitud, y definitivas. En el corazón de los Alpes. Con la victoria en el Galibier y aún lejos de las plazas del podio, el Movistar puede jugar al todo o nada hoy en el Iserán y Tignes, y mañana en Val Thorens . Landa confía en que se retome el plan inicial, la lucha por entrar entre los tres primeros.