Carlos Sainz no se retira: ya piensa en el próximo Dakar

Sainz rumió su desencanto algunas horas, pero pronto empezó a pensar en la próxima edición: «Hasta 2026, Dakar», escribió este martes en las redes sociales, adelantándose a las inevitables preguntas sobre su futuro con las que seguro le iban a acribillar a su regreso a España.

«Gracias a todo el equipo por el gran trabajo y mucha suerte a mis compañeros en lo que queda», apuntó ‘El Matador’, a quien su primera experiencia con Ford le dejó con ganas de más. «Seguiremos trabajando con actitud y ganas, ya pensando en el siguiente paso».

Solo tres días en carrera, dos de ellos convertidos en un auténtico infierno por culpa de una duna cortada, han acelerado la determinación de Sainz, quien está convencido de que su historia con el raid que ha conquistado en cuatro ocasiones no puede terminar así.

«Me he hecho la promesa de ir año a año. Cuando acabe miraré al espejo y me preguntaré si me he divertido y he dado la talla. Decidiré en función de esas respuestas», comentó poco antes de viajar a Arabia Saudí, durante la presentación de su proyecto con Ford en Madrid. Y lo cierto es que no ha necesitado mucho tiempo para responder a esa imagen en el espejo. Pese a la mala experiencia, Sainz se marcha del Dakar convencido de que su equipo tiene potencial de sobra para ganar en el futuro. Él mismo reconocía la dificultad de imponerse en el primer año de un proyecto. Nunca antes se ha conseguido. Y aunque aún es pronto, el Raptor ya muestra indicios de ser un coche campeón. Todavía queda mucho camino por recorrer, pero de momento, otra de las unidades del Raptor, pilotada por el sueco Mattias Ekström, se mantiene en la tercera posición de la general, a solo nueve minutos del liderato y con opciones intactas de victoria. Tampoco el estadounidense Mitchell Guthrie está demasiado lejos de los Toyota y los Dacia, los principales rivales de Ford en este Dakar. Hay buenas bases para el futuro.

Sainz no olvida que con Volkswagen ganó a la cuarta intentona, igual que con Peugeot. Con Mini lo hizo en su segunda participación, mientras que con Audi necesitó tres ediciones. El margen de mejora con Ford, un coche que debutó en el pasado Rally de Marruecos y que apenas ha podido disfrutar en Arabia Saudí, es enorme. Por eso confía en que los demás vehículos de la marca completen el mayor número de kilómetros posible, más allá del resultado final. Otra decisión tomada tras el abandono es que Joan Navarro, ingeniero de confianza de Sainz, permanezca en la carrera para seguir aprendiendo del coche.

En la decisión de Sainz también influye la buena relación que mantiene con Malcolm Wilson, máximo responsable del proyecto de Ford en el Dakar, y con su hijo Matt, jefe directo en el desierto. Wilson fue la primera persona en confiar en el madrileño en el Mundial de rallys, allá por 1987, y desde entonces han trabajado juntos en diferentes etapas. No está claro quién confía más en quién. Wilson sabe que no encontrará otro piloto con la experiencia y la capacidad de Sainz para hacer evolucionar un coche. Por su parte, el español valora de forma muy positiva la profesionalidad con la que Ford ha abordado esta nueva aventura.

Sainz tiene la firme intención de regresar al Dakar, y, si lo consigue, lo hará con 63 años. Esa edad, que para otros sería sinónimo de jubilación, representa para él un incentivo más en su desafío. Ya afirmó que quiere ser el primer abuelo en ganar la carrera, y será difícil detenerlo hasta que lo logre, aunque cada año le cueste más la preparación física necesaria para afrontar un reto de este calibre. Con la motivación intacta, solo una lesión podría apartarlo de su objetivo. Sainz ya ha anunciado que, en cuanto vuelva a Madrid, tendrá que visitar al médico para comprobar el estado de su espalda, que le ha dado varios avisos durante estos primeros días de competición.