Miami se seca las lágrimas ante los Lakers

Si el partido no era el más importante de lo que llevamos de temporada para los Heat, poco le faltaba. Tras cinco derrotas consecutivas, Miami recibía al campeón con la intención de lavar su imagen y de demostrar que su triunfo en el Staples no fue casualidad. En el vestuario, la relevancia del choque estaba clara, pero la grada no lo entendió igual.

En Miami, la gente vive la vida a otra velocidad. El «me estás estresando» se les queda corto en ocasiones. Una filosofía de vida que llevan hasta el extremo. De la parsimonia en los semáforos a la cola del supermercado, todo se mueve a cámara lenta. Y la grada del American Airlines Arena no iba a ser menos. A pesar de estar todo el papel vendido, el aspecto del pabellón con el encuentro empezado era bastante desolador. Si había un día en el que tenía que notarse el «calor» de los Heat ese era anoche, pero hubo que esperar al descanso para pasar lista y, aún así, se quedaron muchos asientos vacíos.

La ausencia de presión le vino bien a Chris Bosh, que respondió a los pitos de los últimos partidos con una actuación notable. Su duelo con Gasol fue de lo mejorcito del encuentro y sus doce puntos en el segundo cuarto (que fueron 24 al final del partido), le sirvieron a los Heat para irse al descanso con el marcador a favor (55-53).

Antes, el festival había sido de Kobe. El «24» de los Lakers celebró el haber superado a Malone como sexto máximo anotador de la NBA con un recital de tiro en los primeros instantes. Los primeros diez puntos visitantes llevaron su firma de manera inmaculada. Sin fallo. Wade, uno de los mejores defensores de la liga, sólo podía asistir al espectáculo en primera fila.

Mientras, Pau Gasol, a la chita callando, como si no estuviera, llevaba ya 14 puntos al descanso, fruto de su variado manual de recursos técnicos. Cuando no era un tiro de cinco metros, se jugaba un reverso con gancho. Todo valía. Todo entraba.

En la fiesta de habituales, se coló un segundo espada como Mike Miller, el hombre que estaba llamado a ser el sexto hombre de los «Beach boys» y que ayer demostró que calidad y tesón le sobran para conseguirlo. Se marchó con 11 puntos y 5 rebotes al descanso, pero con la sensación de que, tras la lesión, se está haciendo un sitio en el equipo. Algo parecido le ocurre a Bibby, el recién llegado, que también tuvo un papel capital en la victoria de su equipo.

Con los Lakers lanzados a la victoria tras un parcial de 9-0 que les colocó seis arriba (62-68), dos triples del base, inédito hasta el momento, volvieron a dar la iniciativa a los Heat. El choque caminó igualado hasta el final (80-80, min. 43). Ahí, el duelo se trasladó de nuevo al principio. Wade vs. Bryant, con LeBron y Gasol como invitados de excepción. A las bandejas de D-Wade, respondió con sendos triples la «Mamba negra». Se creció Bryant y por ahí empezaron a derrumbarse los Lakers. El equilibrio ofensivo que había reinado hasta entonces se olvidó y todos los balones acababan en las manos de Kobe, lo que acabó por hacer muy sencilla la defensa de los Heat. Sólo hubo que esperar un fallo del «24» para romper la balanza. Ahí, LeBron, al borde del triple doble jugando al tran tran (19 puntos, 8 rebotes y 9 asistencias), y Wade, fueron mejores y dejaron el triunfo en casa.