El Barcelona se exhibe rumbo a semifinales

Aunque venía avisado el Barça, nada le libró del sopapo inicial del Manresa, uno de los pocos equipos a los que no había conseguido ganar esta temporada. Dos derrotas, una en el Palau, que explicaban el por qué de la presencia del Baxi en la Copa 18 años después. Fue exuberante el amanecer de los de rojo, impulsados por el músculo de Sima y Moneke , a los que se unieron los triples de Thomasson y Valtonen para fabricar un parcial impensable (6-18, min. 5). Volaba el Manresa, voraz ante la indolencia de su rival. Incapaz el Barça de meterle mano a la defensa trazada por Pedro Martínez. El antídoto lo encontró Jasikevicius en el banquillo, de donde salió Davies para rescatar a los suyos. El pívot sumó seis puntos casi consecutivos que reactivaron a los azulgranas y por ahí comenzó a menguar la diferencia del Baxi. Fue una remontada a fuego lento, cimentada en una defensa rocosa –seña de identidad de este Barcelona– y en un acierto brutal. Porque de repente los fallos se convirtieron en aciertos. Porque todos los lanzamientos azulgranas terminaban dentro de la canasta. Una serie que desesperó al Manresa, que empezó a ver cómo sus hombres altos se cargaban de faltas.

Un triple de Smits en el inicio del segundo cuarto culminó la remontada (27-26, min. 12), aunque fue el talento de Exum el que empezó a desequilibrar el marcador. El australiano, reclutado el pasado mes de diciembre, mostró todas sus cualidades bajo los focos de la Copa. Un fichaje magnífico que le ha permitido al Barça dar un paso adelante en el aspecto defensivo, pero también de cara al aro. Un lanzamiento exterior, una entrada con oposición, un mate... Hace de todo y todo lo hace bien.

Por si fuera poco, en plena avalancha azulgrana, Jasikevicius dio entrada a Abrines , lesionado desde hace meses. Más talento en pista. Más alternativas para el fantástico vestuario catalán.

Mantuvo el tipo el Manresa, enchido de orgullo y espoleado por la grada. Lo hizo con muchos apuros, magullado por unos árbitros que rebajaron mucho el listón con los contactos, y con la única ayuda ofensiva de Francisco . Su esfuerzo le sirvió a su equipo para irse al descanso con vida (52-42).

Acabó el equipo azulgrana con toda la esperanza de los de Pedro Martínez en el tercer cuarto. Diez minutos de puro Barça. De intensidad defensiva y de acierto con la canasta. Un ogro que cuando entra en trance resulta imparable. Se le hizo de noche al Manresa, incapaz de contener tal torrente ofensivo. Llovía de lejos y de cerca. Por dentro y por fuera. Con suerte y sin ella. Una máquina el equipo de Jasikevicius al que, sirva de recuerdo, le falta una de sus estrellas.Un Cory Higgins al que sus compañeros dedicaron la victoria. La primera en una Copa que ayer vivió su primera sorpresa con la victoria del UCAM ante el Valencia. Un triunfo inesperado que dejó heridas en los murcianos, que vieron cómo Taylor no podía disputar los últimos minutos por problemas en los gemelos.