El Barça asalta el infierno griego

Los dos interiores anotaron, rebotearon y ningunearon a sus rivales, siendo la punta de lanza de un Barça que sigue imparable, sin conocer la derrota, y que tiene ya muy encarrilada la clasificación para el 'Top 16'. Solo un hundimiento sin precedentes impediría a los de Xavi Pascual no seguir vivos en una competición en la que se divierten ellos y, de esta guisa, hacen vibrar a un Palau Blaugrana que tuvo también trabajo esta noche.

La superioridad blaugrana fue patente, dominando todo el partido excepto los minutos iniciales, donde las fuerzas estaban muy parejas. Pero casi al final del duelo, con una diferencia que rondaba el muro psicológico de los diez puntos a favor del Barça, una técnica a Abrines que comportó su descalificación y los consiguientes tiros libres pusieron al PAO a 5 puntos, de nuevo en el partido, aunque quedó en espejismo.

Y eso que pese a estar lejos de su mejor nivel, a este Panathinaikos de Dimitris Diamantidis y Dusko Ivanovic, pitado en su regreso a Barcelona, nunca se le puede menospreciar, y mucho menos dar por muerto. Empezaron el partido con una defensa férrea y sobreviviendo desde la línea de tiros libres, que visitaron en muchas más ocasiones que el equipo blaugrana y con acierto.

Tras el descanso se vio un partido distinto, con el Barça rompiendo el guión escrito hasta el momento a base de intensidad en ambas canastas y con un acierto idóneo para una escapada larga, hasta los 13 puntos, coincidiendo con un triple de Marcelinho Huertas. Estuvo bien el equipo, cargando los rebotes y cerrando espacios en defensa, sin perder oportunidad de correr al contraataque si era necesario.

Los griegos, duros y pegajosos, viendo que la táctica les funcionaba y que además era el Barça el equipo más cargado con personales, siguieron así sin desfallecer en su empeño de ganar con su aguerrida. Con menos calidad que la de antaño, pese a la llegada de un A.J. Slaughter desaparecido esta noche, aguantaron hasta que los triples blaugranas les hicieron despertar del sueño; otra derrota se les venía encima.

Además, el Barça perseguía su 'repóker', su cinco de cinco, y no aflojaron, conscientes de que los verdes tampoco lo harían. Fue un gran partido de Maciej Lampe, incansable en la lucha por el rebote y acertado de cara a canasta, dejándose la piel en cada acción. Por fuera, de nuevo, Brad Oleson demostró estar en un momento dulce, como un Juan Carlos Navarro que sabe leer los partidos como nunca, amparada en la experiencia de un capitán con solera.

Con el 64-56 se fue el partido al final del tercer cuarto, el más bajo en anotación y con color verde trébol, aunque por poco (17-18). Pese a gozar de la máxima del partido poco antes, una reacción a fuego lento del Panathinaikos acercó a los de Ivanovic a 8 puntos, lo que les daba esperanzas para el cuarto final. Las mismas que Navarro intentó disipar con su triple nada más arrancar la cuenta atrás definitiva, y que acabaron siendo estériles del todo. El PAO, a dos triunfos del Barça.