Un salvavidas llamado Phil Jackson

Por títulos, los Knicks están a años luz de otros equipos como los Lakers o los Celtics, pero el aura que rodea al equipo de la Gran Manzana es insuperable. A su poderío económico —es la franquicia más rica de la NBA según Forbes — le ha seguido casi siempre un historial más o menos sonado en el apartado deportivo. Proyectos faraónicos que se han estrellado una y otra vez para impedir el regreso del título de campeón a Nueva York.

Ese será el principal objetivo de Phil Jackson desde que sea presentado esta tarde como nuevo presidente de operaciones de los Knicks. Un puesto creado a propósito para él por el que cobrará 9 millones de euros al año.

El panorama que se va a encontrar nada más aterrizar en las oficinas del Garden es desolador. Con el equipo fuera de playoffs y sin opciones de pescar nada potable en el próximo draft, Jackson tendrá que sacar a relucir todos sus conocimientos y su encanto personal para persuadir a los posibles agentes libres, entre los que están dos que ya tiene apuntados en su agenda personal:Pau Gasol y LeBron James.

Al igual que Phil Jackson (que ya ha dejado claro que seguirá residiendo durante buena parte del año en Los Ángeles donde vive con Jeanie Buss, su prometida y una de las propietarias de los Lakers), Pau Gasol podría hacer este verano las maletas rumbo a la Gran Manzana. La relación entre ambos es excelente desde que Jackson era entrenador de los Lakers y su idea —según se rumorea ya en algunos medio estadounidenses— es convencer a Gasol para que se una a su proyecto, algo que el español no vería con malos ojos.

El de Gasol sería tan sólo un complemento al proyecto que «Zen»Jackson tiene en mente. El principal objeto de deseo es LeBron James, cuya salida de Miami depende de sí mismo a partir de este verano y que serviría para convencer a Carmelo para seguir en los Knicks en una especie de hilera de dominó que puede acabar en el anillo o en el enésimo fracaso. Aunque siendo Phil Jackson el que está al frente, esta vez la apuesta de los Knicks parece que arranca en ganador.

Eso sí, harían falta muchas más piezas para acercar el anillo a la Gran Manzana. Un base de garantías, el traspaso del contrato más caro de la plantilla (23 millones de dólares de Stoudemire) y algún jugador de reparto de nivel son tareas pendientes que tendrá desde ya el nuevo presidente de operaciones de los Knicks. El hombre llamado a reflotar la franquicia. El salvavidas del equipo.