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Londres 2012: La vida reconstruida desde la oscuridad de David Casinos

El atleta siempre encuentra algo positivo para levantarse cada mañana y seguir construyendo su fantástica carrera deportiva

Londres 2012: La vida reconstruida desde la oscuridad de David Casinos efe

laura marta

Uno por uno, David Casinos abraza y saluda a todos los que han ido a apoyarle en su prueba de lanzamiento de peso. Ha quedado quinto, pero la sonrisa no desaparece. "Quiero felicitar a los campeones y advertir a mis rivales de que ... David Casinos estará en Río", lanza la amenaza. Sabe que la cumplirá. Ha ido creando su camino desde joven y siempre hay una meta a la que llegar.

Afectado por una diabetes que le devino en una progresiva ceguera a los 22 años, David Casinos (Valencia, 15-2-1972) nunca ha renunciado a nada. Ya era atleta antes de que tuviera que irse un año a Barcelona para aprender de nuevo a hacer lo que se aprende desde la infancia: adaptarse a un nuevo yo . Además, se sometió a varias dolorosas operaciones para que sus ojos continuaran teniendo expresión. A pesar de llevar gafas oscuras en cada momento, David Casinos tiene una mirada serena y franca , que desprende confianza, gratitud y simpatía.

A su regreso a Valencia, con toda una vida nueva por delante, no quiso pararse. El atletismo había sido su vida y contó con el empujón de su antiguo entrenador, que se empeño en recordarle lo bueno que era. Cada día, la misma rutina de siempre, pero con un acompañante nuevo y en el que confiar. Ximena, su perro guía , le escucha las lamentaciones, le enseña a cruzar y le deja en el estadio de la Petxina donde entrena. Allí, es uno más.

Y allí encontró a la mujer con la que comparte su vida. Celia . El soporte, la guía, la mano, el cariño, el amor, el entrenamiento. Ambos disfrutaban de una buena carrera deportiva, pero ella dirigió sus esfuerzo hacia él, aparcando su presente por forjar un futuro juntos . Celia, funcionaria, se impuso que David sería el atleta al que todos admiraran. Cada día, Celia salía de su trabajo y quedaba a comer con él, por la tarde: gimnasio, repeticiones, sudor.

Él no quiere un futuro vendiendo cupones, quiere seguir siendo él. Y ella estará allí para ayudarle a serlo. Juntos han creado una pareja de éxito forjada en el esfuerzo y en la confianza. Ella está detrás de él, en la sombra, tras la red. Él le prepara la cena cada día . Y juntos ya piensan en un hijo.

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