Ander Mirambell: «En deportes de hielo somos todavía un país tercermundista»

-Sochi ya es una realidad.-Cuando vi que había quedado el decimoquinto me dije: «Ya está, lo hemos conseguido». Y hoy he pasado todo el día recibiendo felicitaciones de amigos, seguidores. En cada vuelo hay mucha gente que empuja el trineo.

-¿Cuánto ha costado el billete?-Mucho. No ha sido nada fácil. Solo hay treinta plazas y ninguna está asociada a ningún país, como ocurre en otras disciplinas, por eso hay que luchar cada carrera. Después de fin de año, en Alemania, quedé vigésimo séptimo y fue muy duro en el plano psicológico, porque te van pesando las malas bajadas y parece que no mejoras.

-¿Qué pruebas le quedan antes del 7 de febrero?-Primero, asegurar la participación en la Copa del Mundo del año que viene. Y seguir haciendo muy buenos descensos para acumular puntos. El orden de salida en Sochi depende del ranking y cuanto más alto estés, antes sales.

«Pediría un entrenador exclusivo para mí. El equipo austríaco me deja entrenarme con ellos porque no soy una amenaza»

-¿Tanto influye el orden de salida?-Desde luego. El skeleton es un deporte muy curioso porque cada circuito es distinto y no sabes cómo te va a ir hasta que te lanzas. El de Sochi es muy atípico, hay dos giros hacia arriba y la temperatura es alta y cambia mucho. Eso crea una humedad que, cuando anochece, se queda en el hielo una capa de rocío que ralentiza el trineo. Cinco minutos antes o después puede variar mi resultado en dos, tres décimas. Quizá no parezca mucho en la vida real, pero en skeleton es todo un mundo.

-¿Cuál será su meta?-Lo primero, mejorar la vigésimo cuarta posición de Vancouver 2010. Gracias a los últimos resultados he ganado confianza como para aspirar a quedar entre los veinte primeros, y hacer una cuarta bajada. Después de las pruebas que me quedan, empiezo a entrenarme solo para los Juegos a partir del 5 de febrero, así que llegaremos en el punto álgido del año.

-Como pionero en este deporte, ¿ha mejorado su situación desde que comenzó a practicar el skeleton?-Económicamente estoy casi al mismo nivel que 2010. Los recortes han hecho mucho daño y he sacado mucho dinero de mi bolsillo. En deportes de hielo somos todavía un país tercermundista. Pero con corazón, ilusión y sacrificio se puede llegar muy alto.

-¿Cómo sortea la falta de hielo en España durante el verano?-Entreno las salidas en la playa, que son el 30% del resultado final. Comencé con un banco de madera que saqué de un contenedor con cuatro patines enganchados. Ante la falta de recursos, creatividad.

-¿Se sienten poco valorados?-Tenemos que hacer mucho más que los deportistas de verano y no digamos que el fútbol. Yo he ido mejorando con un trineo y un entrenador compartido, si se apostara por el skeleton seguro que conseguiríamos luchar por podios en poco tiempo. Son las medallas más baratas de lograr. Gran Bretaña no tiene ningún circuito y acumula éxitos desde 2006.

-¿Qué le pediría a 2014?-Un entrenador para mí solo durante todo el año. El equipo austríaco me permite entrenarme con ellos porque no soy una amenaza, pero si dispusiera de una persona que se especializara en mí avanzaríamos mucho.

-¿Cómo ve a la delegación española para Sochi?-Es la que tiene el nivel más alto de la historia. Hay muchas opciones de podio y de diplomas. Y un segundo grupo que lucharemos por las finales. Es curioso que cuanta más crisis, más talentos surgen. Y eso anima.