ATLETISMO
Bezabeh: «Me sentí utilizado por algún político»
El fondista español de origen etíope fue el único atleta castigado por la operación Galgo. Tras cumplir su sanción, ha vuelto a lo grande y sin rencores ganando el Campeonato de Europa de Cross
MIGUEL ÁNGEL BARROSO
Llegó a España en avión en 2004 como un inmigrante africano más, sin papeles y con telarañas en los bolsillos. Estuvo durmiendo en la calle durante varias semanas y alimentándose en comedores de auxilio social. Le gustaba correr, y los avatares de la vida le ... llevaron al club Bikila, donde los técnicos descubrieron su potencial.
Campeón de Europa de Cross en 2009, un año después fue detenido por la Guardia Civil cuando, presumiblemente, iba a transfundirse una bolsa de su propia sangre. Alemayehu Bezabeh, nacido hace 27 años en Addis Abeba, Etiopía, cumplió dos años de sanción por tentativa de dopaje impuesta por el CSD. Reapareció el 24 de febrero de 2013 ganando el campeonato de España de Cross por clubes en Oropesa. El domingo pasado logró el oro en el Europeo de Cross celebrado en Belgrado.
—Usted fue el único pagano de la operación Galgo, ya que la justicia cerró la vía penal y los supuestos responsables de aquella trama quedaron libres de cargos. ¿Cómo se sintió entonces?
«Dije la verdad. Jamás me he dopado ni he dado positivo»
—Me sentí fatal. No entiendo cómo primero me sancionan por una tentativa de dopaje; luego el Comité de Disciplina de la Federación me quita el castigo al no encontrar nada ilegal y, al final, el señor que mandaba en aquel momento en el Consejo Superior de Deportes me inhabilita. Me pareció todo muy raro, y me sentí utilizado por algún político de entonces. Creo que fui justo y honesto y dije la verdad cuando la Federación me llamó. Declaré que jamás me había dopado, y lo mantengo. A mí nadie me metió nada en el cuerpo. También quiero dejar claro que jamás he dado positivo. Prefiero olvidar todo esto, que cada cual piense lo que quiera, yo no guardo rencor a nadie.
—El triunfo en el Europeo de Cross, ¿ha sido una reivindicación?
—No, ha sido una obligación personal para dar una nueva medalla al país que me ha acogido y a la gente que siempre ha confiado en mí. Solo quería demostrar a todo el mundo que jamás he necesitado de ayuda externa para ser un buen atleta.
—¿Qué ha cambiado entre el Bezabeh de antes y después de la operación Galgo?
—He ganado en madurez. Y me he dado cuenta de que algunas personas son muy malas e hipócritas.
—¿Ha recibido la felicitación de las autoridades deportivas españolas?
—Sí, de mucha gente del atletismo, empezando por el presidente de la Federación, José María Odriozola. También de atletas, de mi entrenador, de mi club y de otras personas que me apoyan. Con esto me basta.
—¿Se arrepiente de lo sucedido en los tiempos de la operación Galgo?
—No me tengo que arrepentir de nada ya que en ningún momento pensé que estuviera haciendo algo malo. Quizás no tenía que haber ido a hacerme análisis de sangre a ningún otro sitio que no fueran los servicios médicos de la Federación, o tal vez debería haber informado. Pero otros compañeros me decían que tenían sus médicos particulares y no pasaba nada.
—¿Se sintió engañado entonces? ¿Le falló gente en la que confiaba?
—No. Nunca pensé que aquello era ilegal ya que no me introdujeron nada en el cuerpo. No lo habría permitido. Pensé que una extracción de sangre era algo legal y no tenía por qué preocuparme. De hecho, cuando los agentes de la Guardia Civil hablaron conmigo mientras iba en el coche con mi entrenador, me dijeron que estuviera tranquilo, que no tenían nada contra mí. Creo que estaban buscando a otras personas.
—Estos años ha vivido en su país de origen con la familia. ¿Ha recibido algún tipo de ayuda desde España?
«En Etiopía he cuidado a mi familia y he entrenado muy duro»
—No me ha quedado más remedio que vivir en Etiopía. Allí todo es más barato y pude administrar mejor el poco dinero que tenía. He recibido ayuda de mi club y de las personas que han estado siempre a mi lado. No fue demasiado, pero sí lo suficiente como para poder alimentar a mi familia. Gracias a ellos estoy aquí. De la Federación, ni de ningún otro estamento, recibí nada durante este periodo, lo cual me pareció lógico debido a mi sanción.
— ¿Cómo es su vida en Etiopía?
—Muy sencilla. Principalmente dedicada al cuidado de mi familia. Tengo dos niñas, una de casi tres años y otra de pocos meses. Y el resto del tiempo a entrenar muy duro. Allí me ejercito con grupos muy fuertes, por lo que tengo que dormir 9-10 horas al día para recuperarme y estar descansado para aguantar los ritmos que imponen mis compañeros.
—¿Desea traer a la familia a España?
—Tengo los papeles preparados para que vengan. Aún no sé cuándo, espero que pronto. Quiero que mis hijos crezcan y vivan en España. Necesito tener una estabilidad económica para poder alquilar una casa y darles una vida digna. Ganar el campeonato de Europa me supone una beca algo mayor de la que tenía, y espero que eso me ayude a salir adelante.
—¿Qué planes de futuro tiene en el atletismo?
—Seguiré haciendo la temporada de cross para intentar con mi club, Bikila, ser de nuevo campeones de Europa. Y luego tendré que empezar a pensar en el campeonato de Europa de pista, que se celebra en Zúrich en agosto y donde me gustaría conseguir otra medalla para España.
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