El Vaticano restituye a Blaise Pascal en su cuarto centenario
Francisco dedica al pensador francés una carta apostólica en el que lo define como «un infatigable buscador de la verdad»
El Papa Francisco se emociona en su primer discurso público tras la operación
Blaise Pascal se sonrojaría ante esta 'paradoja', a la altura de las que dejó en sus mejores escritos: mientras que en su tiempo uno de sus textos más emblemáticos fue prohibido por el Papa Alejandro VII y hostigado por los jesuitas de la ... Sorbona; ahora, un pontífice jesuita le acaba de dedicar una entusiasta carta apostólica con la que celebra los 400 años de su nacimiento. Por si fuera poco, también la Biblioteca Apostólica Vaticana ha abierto excepcionalmente sus puertas para mostrar ejemplares raros de las primeras ediciones de las obras del pensador francés.
La carta que firma el Papa Francisco y que se presentó el lunes en el Vaticano se titula 'Grandeza y miseria del hombre', otra paradoja que, en opinión del Pontífice, sintetiza «la reflexión y el mensaje de Blaise Pascal». El Papa lo considera «un infatigable buscador de la verdad» y elogia que su misticismo no lo «aislara de su época». Recuerda que Pascal inventó un prototipo de calculadora, la 'Pascalina', y una red de transporte público en París.
Además, el Vaticano organizó una apertura extraordinaria de la Biblioteca Apostólica Vaticana para exponer las obras de Blaise Pascal que custodia en sus fondos. Pierre Chambert-Protat, experto en Literatura francesa, mostró a un grupo reducido de periodistas una primera edición de su obra póstuma, 'Pensamientos', y dos ejemplares de sus 'Cartas provinciales', en las que atacaba duramente a los jesuitas y al Papa.
Jansenistas
Pascal, que falleció en 1662 con sólo 39 años, estuvo espiritualmente cercano al rigorismo de los jansenistas, una corriente herética que triunfó en la Francia del siglo XVII. Esas 'Cartas provinciales' son una recopilación de los panfletos que escribió bajo seudónimo para defender a un teólogo jansenista despojado injustamente de la cátedra de Teología en la Sorbona de París.
La Biblioteca Vaticana conserva una de las pocas copias originales de esos panfletos de 1656-1657, y una traducción completa al latín preparada solo un año más tarde, en 1658. «Los jansenistas los tradujeron rápidamente para que la disputa saliera de las fronteras de Francia y tuviera eco en Europa», explica Chambert-Protat. Añade que el ejemplar era del cardenal Francesco Barberini, fallecido en 1679, «lo que demuestra un interés en la corte pontificia por lo que estaba entonces pasando en Francia».
Los panfletos de Pascal arrasaron entre el público y atrajeron la simpatía de las masas hacia el jansenismo, pues usaba el humor y la ironía para desenmascarar a los jesuitas. Su tesis era que daban tanto peso a las circunstancias concretas del pecador que habían caído en la casuística y en el laxismo moral. Una de las historias grotescas que imaginaba era la respuesta de un jesuita sobre el mandamiento del ayuno: «Si cumpliera 21 años a la una de la noche del día de ayuno, ¿estaría obligado a ayunar? No; porque podrías comer todo lo que quisieras hasta la una, por no haber cumplido hasta entonces los 21 años; y así, estando en tu mano el quebrantar el ayuno, no tienes obligación de guardarlo».
Polemista de talento
«Pascal demostró ser un polemista de talento, denunció la lejanía respecto a la vida y las contradicciones de los juegos de palabras teológicos, y así devolvió la verdadera seriedad a las cuestiones religiosas», escribe el jesuita Georg Sans en 'La Civiltà Cattolica'. Por eso mismo, más adelante, Alejandro VII, el mismo pontífice que condenó esa obra, le dio la razón en sus críticas.
Ahora, el Papa Francisco subraya que «Pascal pensaba sinceramente estar atacando al pelagianismo, que creía identificar en las doctrinas seguidas por esos jesuitas. Hay que reconocerle la franqueza y la sinceridad de sus intenciones».
Pierre Chambert-Protat confirma que el ejemplar que conservan de las 'Cartas provinciales' de Pascal es el más valioso, desde el punto de vista académico, de su colección sobre Pascal, pues recorre todas las fases de la controversia, desde las primeras discusiones en la Sorbona hasta la publicación del último panfleto. Pero añade que para los bibliófilos sería aún más interesante una primera edición que conservan de sus 'Pensamientos', obra póstuma publicada en el invierno de 1669-1670.
«Tiene una encuadernación preciosa con el escudo de la familia Chigi», explica, mostrando una obra con pastas rojas y motivos dorados. «Lo más curioso es que el formato muestra que la idea no era editar un gran libro, un libro de gran formato para una biblioteca, sino un pequeño volumen que se pudiera llevar en el bolsillo, para ser leído o incluso para rezar», explica Chambert-Protat.
Libro de retratos
Otro de los volúmenes expuestos por el Vaticano es un libro de retratos de personajes famosos de la época –que incluía uno de Blaise Pascal– publicado 40 años después de su fallecimiento. Es el mismo que aparece en la portada oficial de la carta del Papa sobre el pensador, presentada por el cardenal portugués José Tolentino de Mendonça.
Durante el encuentro con la prensa, el purpurado explicó que el documento papal no es estrictamente una «rehabilitación» de Pascal, pues ésta no era necesaria. «Pascal es perfectamente católico, incluso en las dudas que puedan suscitar algunos pasajes de su pensamiento, porque un católico no es ajeno a las dudas, es una persona en camino que se deja corregir por la visión católica de la comunidad –aseguró Tolentino–. Nadie pone en duda la sinceridad de su experiencia católica. Sigue siendo ejemplar y por eso seguimos aprendiendo de él», añadió.
Más allá de la polémica con los jesuitas, en su carta apostólica, Francisco elogia la fe de Pascal y narra el episodio místico que experimentó en 1654. El pensador francés lo relató en un 'memorial' que escondió en un cosido de los pliegues de su capa, y que descubrieron tras su muerte. A falta de palabras para hablar de lo inefable, describió a Dios como «fuego», como un Dios concreto y personal, y no como una teoría «de los filósofos y de los sabios» que no consigue dar calor al corazón de las personas.
El Papa aprecia especialmente que el «extraordinario esfuerzo intelectual» marcara una vía de búsqueda de la felicidad. «Si Blaise Pascal es capaz de conmover a todo el mundo es porque habló de la condición humana de una manera admirable». Como «grandeza y miseria», «avidez e impotencia», «depositario de la verdad y cloaca de error». Contradicción y paradoja.