ARTE
Un viaje a la luz de un Joaquín Sorolla en su centenario
MADRID
Comienzan los actos conmemorativos del 'Año Sorolla' y su museo en Madrid lo hace desde el principio: señalando a sus 'Orígenes'
Boceto para la pintura 'Dos de Mayo', de 1884
La exposición 'Sorolla. Orígenes', organizada por el Museo y la Fundación Sorolla en colaboración con el de Bellas Artes de Valencia, donde luego recalará, inaugura los actos conmemorativos del año del centenario del fallecimiento de Joaquín Sorolla y Bastida (Valencia, 1863 -Cercedilla, 1923).
Una muestra nunca antes realizada, con abundante material inédito, necesaria y bien documentada, que arroja luz sobre los inicios de la trayectoria del artista –de 1878 a 1884– desde los dibujos de su época de estudiante en las Escuelas de Artesanos y la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, hasta la obtención de la beca para Roma con un cuadro de Historia, 'El grito del Palleter' o, lo que es lo mismo, sobre su vida desde los 15 –cuando ingresa en la Escuela de Bellas Artes– a los 21 años de edad.
Un 'Sorolla antes de Sorolla'
Un 'Sorolla antes de Sorolla' que se nos revela fundamentalmente a través de sus primerísimas obras, recargadas, detallistas, oscuras, de carácter orientalista, y de sus famosas copias de cabezas de Velázquez en el Prado, pero en la que además de mostrarse numerosos documentos y fotos de época, se exponen por primera vez varias obras adquiridas por el Estado en los últimos años: 'La esclava y la paloma', 'Desnudo', 'El oferente', 'En la posada', 'Niña cantora', 'Soldado muerto', 'Estudio para el Dos de Mayo', todas de 1883, y 'Caballero con banda', de 1882.
La muestra, que se acompaña de excelentes textos explicativos, reúne 93 piezas y examina estos años en los que el jovencísimo pintor busca la excelencia y el reconocimiento –presentándose a cuantos certámenes puede– en cuatro salas temáticas: 'Entre Valencia y Madrid', 'La Exposición Regional de 1883', 'Los grandes premios' y 'El arte de retratar'.
En el primer epígrafe se documentan sus trabajos iniciales en la Escuela Nocturna de Artesanos al tiempo que trabaja en la cerrajería de su tío, se exhiben sus diversos diplomas y varias de sus primeras pinturas de género, panorámicas de Valencia, algunos bodegones y floreros y las mencionadas copias de Ribera y Velázquez.
Son pinturas más bien oscuras, contrastadas, en las que el joven pintor ejercita un dibujo meticuloso y, fiel a la tradición barroca, estudia luces, sombras y composiciones. A la Exposición Regional de 1883, Sorolla presenta seis obras, de las que se exhiben cuatro, incluida la 'Monja en oración', un cuadro desgarrador que le valió su primera medalla de oro.
Ir hacia la luz
En esta sala se muestran también interesantes marinas que prefiguran ese gusto posterior por las luces mediterráneas, las velas y las masas de agua que habrán de hacerle famoso. La parte más interesante es la dedicada a los grandes cuadros de Historia con los que obtuvo el decidido reconocimiento de la Academia e inició su exitoso periplo internacional: no se exhibe 'El dos de mayo' (un cuadro de enorme formato que está en el Prado) con el que obtuvo una segunda medalla en la Exposición Nacional de 1884, pero sí algunos excelentes bocetos preparatorios; y junto a ellos, estudios de figuras para 'El grito de Palleter' (1884), obra que le valió la Beca para Roma que concedía la Diputación de Valencia.
Pintura
Joaquín Sorolla
'Orígenes'. Museo Sorolla. Madrid. Paseo General Martínez Campos, 37. Comisario: Luis Alberto Pérez Velarde. Hasta el 19 de marzo
Hay, por último, una pequeña sala dedicada a su faceta de retratista, en la que destacan los estudios de cabezas de sus amigos de la época. Lo demás, Roma, París, Nueva York, es Historia: es su viaje a la luz.