LA GRAPA

Prohibido besarse

En Santa Cruz de Bezana (Cantabria), se ha censurado 'Lightyear' de la programación del cine de verano del pueblo

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Fotograma de 'Lightyear'

«Alcaldesa, todos somos contingentes pero tú eres necesaria!». De esta manera 'cuerdiana' se debió sentir la alcaldesa de Santa Cruz de Bezana (Cantabria), doña Carmen Pérez (PP), al censurar la película 'Lightyear' de la programación del cine de verano del pueblo. Porque censurar ... es del copete para arriba: no sólo sientes el poder de ajusticiar. También te elevas moral e intelectualmente sobre tus congéneres y ¡te debemos gratitud eterna, señora alcaldesa, por protegernos a nosotros y a nuestros niños!

Por protegernos, oh, gracias, de una película de Disney en la que se besan dos personajes femeninos —un segundo—. Una cosa aberrante porque ya se sabe que todo beso que no vaya destinado a la procreación debe ser señalado y censurado. Por más que los dibujos animados sólo procreen en la procaz imaginación de la señora alcaldesa.

En su lugar ha programado otra animación: 'Tipos malos' que, si nos ponemos serios como la regidora, hace apología del robo. Debería censurarla: peor es que me lleven la pasta a que me metan la lengua en la boca. Pero no. Para determinada derecha, lo del sexo no se debe mentar. Mejor una buena peli donde se amontonen asesinatos impersonales que un mal besito homosexual en un fotograma.

Para determinada derecha, lo del sexo no se debe mentar

No nos importa demasiado que nos pastoreen. Que si nos dicen lo que debemos ver o lo que no, mejor. Que en un mundo complejo y contradictorio, el personal espera de los grandes líderes —así se palpa la alcaldesa— una buena ración de orden y sosiego hasta en los lugares recónditos de la ficción.

Por desgracia se empieza con los dibujos animados y se termina en aquellos versos de Ángel González: «Las ordenanzas, además, proscriben/ la caricia (con exenciones/ para determinadas zonas epidérmicas/ —sin interés alguno—/ en niños, perros y otros animales)/ y el «no tocar, peligro de ignominia»/ puede leerse en miles de miradas. (...) Queda quizá el recurso de andar solo,/ de vaciar el alma de ternura/ y llenarla de hastío e indiferencia,/ en este tiempo hostil, propicio al odio».

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