Julia Navarro desvela su última obra en el Foro Cultural de ABC

Y, aunque la autora ha presumido en más de una ocasión de no escribir novelas históricas, mientras que su interlocutor, por el contrario, es un apasionado de ese subgénero, ambos descubrirán que la Historia propiamente dicha no deja de ser uno de los principales protagonistas de la trama, ya que los personajes viven en un momento temporal determinado que marca, por así decirlo, su devenir: son prácticamente 50 años de intervalo con la creación del Estado de Israel como principal escenario.

No obstante, Julia Navarro prefiere presentar su libro como una reflexión sobre cómo las circunstancias marcan la vida de las personas y cómo éstas se pueden rebelar contra ellas para forjar su destino. «Es una reflexión sobre cómo el hombre puede coger las riendas de su propia vida y no dejarse llevar por el cúmulo de circunstancias que lo rodean al nacer», afirma.

Es, por tanto, una novela esencialmente de personajes, en la que las ciudades, como San Petersburgo (durante los últimos años de la Rusia zarista) o Jerusalén, tienen su influjo, pero son también circunstanciales. De hecho, la novelista reconoce que primero ha pensado en los protagonistas y luego los ubica en un contexto histórico como «paisaje».

En el caso de «Dispara, yo ya estoy muerto», la novelista asegura que antes de ponerse a redactarla ya tenía toda la historia en su cabeza y, aunque es verdad que se pueden llegar a producir algunas variaciones, el grueso es lo que no cambia. Así, el primer capítulo de la novela fue lo último a lo que dio forma, porque tenía el final muy claro desde el principio.