Otro frente abierto para la maltrecha imagen del PSOE a nivel nacional: los socialistas ponferradinos pactan una moción de censura contra el alcalde del PP con el líder de un partido independiente, Ismael Alvarez, condenado por un delito de acoso sexual. Se podrán exhibir todos los eximentes que se quieran, pero en una sociedad harta de escándalos y hasta las narices de que sus políticos no guarden las más mínimas formas de decencia y ética, pactos como este sólo sirven para echar más leña al fuego del descontento, hastío y cabreo de los ciudadanos.

Se escudan los socialistas ponferradinos en que Ismael Alvarez abandonará el Ayuntamiento tras la aprobación de la censura y que el acuerdo fue ratificado con un apretón de manos con el número dos del partido independiente y no con el propio Ismael Alvarez. Esta justificación pone en evidencia la mala conciencia de los socialistas: no quisieron aparecer en la foto dando un apretón de manos a Ismael Alvarez por el alto coste de imagen y credibilidad que iban a sufrir. Es decir, los socialistas prefirieron taparse las narices y mirar hacia otro lado con tal de que triunfe la moción de censura. El fin justifica los medios. Hay que recordar que el PSOE obtuvo en las últimas elecciones municipales en Ponferrada su peor resultado en toda su historia. Desesperados por conseguir lo que las urnas no les dieron, los socialistas ahora prefieren pactar con el diablo. Lo sorprendente es que el PSOE nacional no haya ni siquiera dudado sobre la oportunidad de esta moción.

Malos y pobres mimbres para construir el cesto de la gobernabilidad de un ayuntamiento tan importante en Castilla y León como es el de Ponferrada. Mal negocio a medio y largo plazo para el PSOE, que queda prisionero de las ventoleras que le den a Ismael Alvarez.