Disponían un buen arsenal de explosivos y armas prohibidas, pero aseguran que las utilizaban, únicamente, para pescar. Son los cinco individuos que fueron arrestados en la comarca leonesa del Bierzo, en el marco de una intervención de la Guardia Civil, de los que ayer tres quedaron en libertad con cargos, uno más aún no ha prestado declaración al estar ingresado en el hospital y uno más, detenido ayer, se prevé que pase hoy delante del juez.

Fue una operación, bautizada como «Cigüeña», acaso por su similitud con el nombre del municipio de Igüeña, el primero de los dos ayuntamientos donde se desarrolló la investigación. El otro fue Bembibre. Los agentes del Instituto Armado arrestaron a cinco personas. Las tres primeras fueron identificadas porque aparecían en un vídeo doméstico haciendo estallar una pequeña cantidad de explosivos en una nave abandonada en el Bierzo Alto. Además, fueron sorprendidas en posesión de sustancias explosivas, que dijeron haber obtenido en Bembibre, de manos de un cuarto individuo, que también fue detenido. Según las informaciones oficiales, los guardaba desde el año 2002, cuando trabajaba en una mina de carbón a cielo abierto. Después reconoció que utilizaba el explosivo para pescar, hecho constitutivo de delito relativo a la protección de la flora, fauna y animales domésticos, por su eficacia destructiva. A ellos se unió ayer un detenido más.

En total, la Guardia Civil se incautó de más de dos kilos de diferentes sustancias explosivas: 900 gramos de Nagolita, otro explosivo de la marca Orica Powergel 2500 con un peso de 1.200 gramos y con fecha de fabricación en 2000, treinta detonadores eléctricos, una treintena de metros de cordón detonante y tres metros de mecha eléctrica. En el posterior registro de su domicilio, donde se encontraron los explosivos, también se localizaron diversas armas, cuya tenencia por particulares está prohibida: un arco de fabricación casera de elevada flexibilidad, veinte flechas de madera y punta metálica, varias defensas de goma, un puñal de hoja inferior a once centímetros y navajas automáticas.

Según informó la Subdelegación del Gobierno en León, los explosivos intervenidos serán destruidos por el equipo especial de desactivación de explosivos. En la operación participaron agentes del equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Ponferrada y del GEDEX, además de un guía canino con un perro especializado en la localización y detección de explosivos.