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La cosecha del siglo, un quebradero de cabeza

La cosecha del siglo, un quebradero de cabeza ABC

PILAR HERNÁNDEZ

La vendimia en Castilla-La Mancha va a ser excepcional, tanto en calidad como en cantidad, sin embargo algunas circunstancias están llevando la intranquilidad a los viticultores

La vendimia de 2013 en Castilla-La Mancha será recordada por haberse unido varios factores inéditos hasta ahora en el sector. Si antes del verano ya se hablaba de una cosecha «histórica» por la cantidad de uva que había en las cepas, lo que debía suponerse como una buena noticia para todo el sector, lo cierto es que, una vez comenzada la recolección, la cosecha ha provocado algunos hechos inauditos, como el cierre de bodegas por la incapacidad de almacenar más vino en sus depósitos, la «solidaridad» de las cooperativas de otras regiones para recoger la uva sobrante o las distintas maniobras de presión entre bodegueros y productores a la hora de fijar el precio de la uva.

Da la impresión, por los movimientos de los últimos días, que tener una abundante cosecha en Castilla-La Mancha no es bueno, cuando esta excepcionalidad debe ser «un orgullo» para los viticultores, tal y como aseguraban desde Cooperativas Agroalimentarias, sobre todo porque en otros países productores no van a tener la misma suerte, lo que significa que estamos en disposición de vender más vino en el exterior, y eso que ahora ya se exporta más de 50% de la producción.

Han sido varios los factores que han permitido esta vendimia excepcional. El principal, la meteorología: tras un periodo largo de sequía, hubo un otoño y una primavera muy lluviosa, con un retraso de la brotación hasta principios del mes de mayo, un verano muy caluroso y con noches frías desde el mes de agosto, todo ello se ha conjurado para que el resultado sea una maduración óptima del fruto tanto en calidad como en cantidad, aunque con cierto retraso.

Precisamente ese retraso ha sido el causante, en parte, del colapso que han sufrido algunas bodegas y cooperativas en las recepción de la uva. Y es que la vendimia este año ha comenzado a la vez prácticamente en todas las comarcas. A ello hay que unir la mecanización de las explotaciones. La reestructuración del viñedo ha permitido un mayor uso de las máquinas vendimiadores, mucho más rápidas a la hora de recoger el fruto; sin olvidar que ahora los remolques agrícolas son mayores y con más capacidad. Y, también muy importante, la cada vez mayor competitividad del viñedo castellanomanchego, con la reconversión en variedades mejorantes.

En definitiva, nunca hasta ahora se habían unido tantos factores para convertir esta vendimia en excepcional.

La cooperativa más antigua

Y es que nunca hasta ahora se había tenido que cerrar la cooperativa más antigua de Castilla-La Mancha y la segunda productora de Europa con más de 2.200 socios, «El Progreso» de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real). La pasada semana, después de casi cien años de funcionamiento (nació en 1917), tuvo que cerrar temporalmente la recogida de uva ante la falta de espacio para almacenar toda la producción.

Cuatro días después volvió a abrir tras vender más de dos millones de litros de vino a Italia, que fueron transportados de urgencia por barco desde el puerto de Valencia, según aseguraba Cesáreo Cabrera, presidente de «El Progreso».

Y nunca hasta ahora se habían unido las cooperativas de España para repartirse la uva que no se puede recoger en Castilla-La Mancha.

Solidaridad entre regiones

El Consejo Sectorial de Vino de Cooperativas Agroalimentarias de España ha habilitado un sistema solidario entre las bodegas cooperativas para posibilitar la redistribución logística de los productos vitivinícolas que puedan tener problemas de manera puntual en algunas bodegas, debido al fuerte ritmo de vendimia de los últimos días.

Ya se ha permitido habilitar almacenaje extra para 17 millones de litros en distintas cooperativas de Castilla-La Mancha, Extremadura, Castilla y León y Aragón, que sí cuentan con espacio suficiente.

Desde las cooperativas se insiste en que la histórica cosecha no tiene porqué ser un problema ni hacer caer los precios, como aseguran pretenden algunos bodegueros que insisten en magnificar el «exceso de uva», con la intención, dicen los agricultores, de bajar aún más los precios. El nerviosismo se ha apoderado de algunos que veían peligrar parte de su cosecha.

Francisco Navarro, responsable de la Cooperativa Nuestra Señora del Espino, de la localidad conquense de El Peral, manifestaba a ABC su enfado por cómo se está «manipulando» la vendimia por parte de algunos bodegueros, para intentar comprar la uva a la baja, «cuando toda la cosecha se va a vender, tanto en el mercado nacional como extranjero, y no sólo para vino, también para mosto, destilados...».

En la zona de La Manchuela, a la que pertenece la cooperativa de El Peral, la producción es «superior pero sin excesos» como ha ocurrido en la comarca de La Mancha, y por ello no ha habido problemas de recepción en la uva. Aún así, Navarro considera que el principal problema ha sido la planificación de algunas bodegas y cooperativas, porque lo que otros años se ha realizado en un mes, en éste ha sido en unos pocos días, lo que ha provocado la saturación.

Mensaje de tranquilidad

El presidente de la cooperativa conquense recomienda a los viticultores que no se pongan nerviosos y que pacten el mejor precio para su producto, porque mercado para vender hay.

También la consejera de Agricultura, María Luisa Soriano, en declaraciones a ABC, enviaba un mensaje de tranquilidad porque en el resto de España y en Europa las cosechas este año son más cortas y eso permitirá vender mejor el vino de Castilla-La Mancha, aunque sin prisa.

Reconocía que los viticultores de la región han ganado en competitividad con sus planes de reestructuración y eso ha conllevado a una mayor mecanización de la vendimia, aunque aún sólo el 30% del viñedo es en espaldera, por lo que el 70% sigue recogiéndose a mano.

Soriano coincide con el presidente de Cooperativas Agroalimentarias, Ángel Villafranca, en que el sector se tiene que organizar, y no estar con esos vaivenes de un año para otro y una buena oportunidad es la nueva PAC.

Y es que para el responsable de Cooperativas de Castilla-La Mancha es fundamental la integración, sobre todo comercial, y cuya responsabilidad «es única y exclusivamente nuestra, de rectores y dirigentes de empresas cooperativas».

Para Villafranca, el mayor empeño que debe poner el sector vitivinícola es el de establecer estrategias de integración y dimensión; «el mercado es mundial, y si actuamos con fe ciega y con pasión, podremos dejar a generaciones venideras estructuras sólidas y eficientes para seguir manteniendo la actividad agraria en nuestros pueblos».

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