Los Reyes y sus hijas apoyan a los voluntarios que recuperan la Sierra de Tramontana

En esta finca se encuentra la sede del Centro de Interpretación de la Sierra de Tramontana, donde un grupo de voluntarios de todas las edades les explicó a los Reyes y a sus hijas los trabajos de recuperación de este bello paraje natural, declarado Patrimonio de la Humanidad en 2011 y que el año pasado perdió más de dos mil hectáreas de arbolado devoradas por las llamas. Un incendio que tanto la Reina Doña Sofía como el entonces Príncipe estuvieron siguiendo de cerca en agosto de 2013, cuando visitaron el centro de control del incendio instalado en Andratx.

Para realizar esta excursión familiar, Don Felipe vestía pantalón vaquero y camisa de cuadrados y secalzó las típicas abarcas menorquinas. Doña Letizia ha optado por una camiseta estampada con pantalón verde y sandalias. La Princesa de Asturias lleva camiseta y shorts de color blanco con bailarinas y la Infanta Sofía, camiseta y falda blanca con sandalias plateadas.

Durante la visita, la Familia Real contempló un mapa táctil de Mallorca. «Mirad, esto es Palma», indicó el Rey a su hijas, y la Princesa Leonor preguntó: «¿Dónde está Marivent?». Los periodistas también les preguntaron si les estaba gustando la visita. «Mucho, gracias», respondió Don Felipe.

Pero la finca Raixa también tiene su propia historia. Esta se remonta a los tiempos de dominación árabe, aunque fue en el siglo XVIII cuando vivió todo su esplendor. El cardenal Despuig, hijo de los condes de Montenegro, que había heredado la finca de sus antepasados, decidió convertirla, tras viajar por Italia, en su paraíso particular. Transformados la casa y los jardines en una villa de inspiración italiana, el cardenal trasladó hasta este rincón de Mallorca la fabulosa colección de arte y antigüedades romanas que había amasado en Italia, con piezas procedentes de excavaciones en tierras que él mismo había comprado y otras adquiridas en anticuarios. Esa colección se exhibe actualmente en el Castillo de Bellver.

La familia Despuig, que había sido una de las más poderosas de la aristocracia mallorquina, entró en decadencia a finales del siglo XIX y cuando los herederos del cardenal liquidaron su inmenso patrimonio, vendieron la finca de Raixa en 1909 a un rico indiano, Antonio Jaume Nadal, que a su vez vendió la colección artística.

En 2002 la finca fue comprada por el Ministerio de Medio Ambiente y el Consell de Mallorca, en tiempos de Jaume Matas y María Antonia Munar, y, tras una remodelación que ha suscitado críticas, está abierta al público desde el pasado marzo. Resulta muy llamativa la pérdida del encanto que tenía la gran escalinata de la finca. Esta escalinata estaba flanqueada por altos cipreses y vegetación, lo que le aportaba un misterio y una profundidad que atrajo a los artistas que buscaban romanticismo. Ahora, para encontrarlo es mejor mirar las fotos antiguas.