Atlético-Barcelona
Neymar y Messi torturan al Atlético
El brasileño, con un libre directo magistral, y el argentino, saliendo desde el baquillo, remontan el gol de Fernando Torres
Neymar y Messi torturan al Atlético
El Atlético de Simeone no pudo derribar el último muro que le queda en la Liga, el Barcelona. Fue fiel a su estilo volcánico y sintió la mística del Calderón que tantas veces reclama el técnico argentino, pero ambos argumentos no fueron suficientes. ... Y eso que faltó de inicio el jugador que tantas veces le tortura, Leo Messi, que no pudo compaginar paternidad y entrenamientos esta semana y empezó viendo el partido desde el banquillo. Los rojiblancos, con más variantes en el juego que en años precedentes y unos suplentes más que interesantes, deben seguir estudiando cómo dar en la tecla perfecta para ganar a los de Luis Enrique.
[Así hemos contado el partido]
El Barça se presentó con bajas sensibles en defensa. Hubiera sido curioso ver cómo el Calderón recibía al antimadridista más famoso, el irreductible Piqué, aunque, a orillas del Manzanares, a quien se «quiere» de verdad es a Neymar. En la previa le echó un capote Filipe Luis: como Neymar es un dibujo animado, la culpa no es suya, sino del que le ha dibujado. Comparecieron y posaron ambos equipos con una camiseta que expresaba solidaridad con los refugiados , pero ahí se acabó el buen rollo. Neymar recibió una imponente pitada en el primer balón que tocó. Y así hasta el final.
El brasileño no se achantó. No está claro que los silbidos del Calderón sean una sinfonía para él como los del Bernabéu lo son para Piqué, pero sí que este campo le inspira. Muy activo, fue el principal quebradero de cabeza para la zaga rojiblanca , aunque su exceso de individualismo le penalizó. El Barcelona asumió el control del juego como estaba previsto y el Atlético se lo permitió sin reservas, como estaba previsto también. Salió a agobiarlo arriba en busca de una contra. Pero si hay un jugador capaz de escabullirse de esa presión es Iniesta, que caracoleó ante Gabi y Óliver antes de filtrar un pase a Rakitic, solo en el segundo palo. El croata remató con toda su alma y se encontró con Oblak.
En la réplica, Griezmann le robó el balón a Mascherano y se lo dio a Torres para la estampida, pero el 9 acabó disparando fuera. Apenas consintió el Barcelona los contragolpes de su rival , pues se le echaba encima cada vez que intentaba montar uno. El partido se encanalló mediada la primera parte, con faltas y protestas, aunque en medio de la refriega hubo varios chutes de adrenalina: un córner botado por Rakitic que peinó Rafinha hacia el segundo palo, donde Luis Suárez envió el balón al larguero. O un remate de Neymar que acabó dando en la mano de Giménez sin que el árbitro viera penalti. El primer acto fue claramente azulgrana , y bastante hicieron los locales con llegar al descanso con su portería a cero.
El Atlético, con Óliver permutando su posición con Koke, equilibró el choque en la reanudación y suya fue la primera acción para discutir, un centro de Torres que dio en la mano de Mascherano. Mateu Lahoz tampoco quiso saber nada del asunto. El partido tenía una pinta muy diferente, y no tardó el Calderón en celebrarlo, porque apareció su héroe predilecto. Una combinación perfecta entre Griezmann y Tiago acabó con un pase en profundidad a Torres, que cruzó el balón ante la salida de Ter Stegen.
La alegría no duró ni cinco minutos. Neymar se encargó de ello. Es el látigo del Atlético en estos tiempos. Esta vez le castigó en una suerte que todavía no había estrenado aquí, con el lanzamiento de una falta. Fue tan preciso que la pelota quitó las telarañas de la escuadra. Oblak voló, pero llegó tarde. Y poco después irrumpió otra amenaza en el campo. Teóricamente la peor. Rakitic dejó su sitio a Messi, que tenía algo que decir.
El duelo entró en la locura, un toma y daca que recordó los Atlético-Barça de otros tiempos. Neymar encaró a Oblak y la pelota acabó rebotando el brazo de Godín, sin que tampoco al árbitro le subiera el pulso. No era el día para pitar estas acciones, sujetas a interpretación. Simeone movió el banquillo y buscó refresco de medio campo para arriba con Carrasco y Jackson , que reavivaron el juego ofensivo.
Entonces Griezmann perdió el balón cuando intentaba arrancar. Acabó en poder de Suárez, que lo cedió a Messi para que fuera fiel a su cita con el Atlético. El argentino no falló. No suele hacerlo, y menos ante su víctima favorita. Y ahí acabó el debate.
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