El Levante desquicia al Atlético y enciende la Liga

Pitido inicial y dos faltas en menos de un minuto por parte del Levante: los hombres de Caparrós dejaron claro desde el arranque que no iban a tomarse el partido como un pasatiempo dominical. A la contundencia defensiva pronto añadieron ambición ofensiva, sobre todo por banda derecha, y un golpe de fortuna. En un saque de esquina el balón llegó blando al corazón del área, donde pegó en el pecho de Filipe Luis, con aspecto destensado para lo que es habitual en el lateral. El rebote acabó dentro de la portería para estupefacción de todos. 1-0 a los ocho minutos, sufrimiento redoblado para el Atlético, que en la competición doméstica siempre se ha manejado mal en estas situaciones

Empujado por su hinchada (casi diez mil aficionados en las gradas del Ciudad de Valencia), el Atlético no se descompuso y comenzó un asalto insistente a la meta de Keylor Navas, que demostró su categoría sacando un remate a bocajarro de Raúl García; el rechace fue malogrado por Villa, que envió el balón por encima del larguero cuando tenía todo a favor. Diego Costa pudo burlar un par de ocasiones a David Navarro, convertido en su sombra, pero el árbitro pitó dos fueras de juego inexistentes que impidieron el mano a mano del delantero con Navas.

Costa acabó la primera parte desquiciado, derribado varias veces por Navas e intercambiando codazos y bofetones con Sissoko sin que el árbitro, afortunadamente para ambos, se diera cuenta del combate. Su equipo, además, no encontró soluciones para quebrar el sistema de contención del Levante, que alcanzó el descanso con relativa comodidad.

Para la segunda parte, Simeone recuperó a dos de los triunfadores de Stamford Bridge , Adrián y Arda, que salieron en sustitución de Villa y Raúl García, que han tenido tardes más inspiradas. Cambió el plan del Atlético: de balones largos al toque. Las llegadas empezaron a ser más francas y, a los diez minutos, los visitantes ya habían creado más peligro que en todo el tramo previo, sobre todo en las botas y la cabeza del turco.

Diego Ribas relevó a Koke, y en su primera intervención colgó un balón sobre Diego Costa en el segundo palo; tocó el hispanobrasileño en posición forzada pero no halló puerta. Tampoco Alderweireld, cuyo disparo lejano, tras tocar la pelota en un defensa, fue despejado desde la escuadra por Navas. Estaba el Atlético rondando el empate cuando en una contra el Levante sacó petróleo; centró Víctor desde la izquierda y Barral, a trompicones con Godín, consiguió rematar sorprendiendo a Courtois.

Que no era el día del Atlético lo demostró el remate de Adrián al palo cuando todavía había tiempo para intentar, al menos, el empate. La insistencia rojiblanca en los últimos minutos estuvo cegada por el velo de la desesperación: balones colgados al área y tiros lejanos que Navas detuvo sin problemas. El gran triunfo del Levante ante el líder tuvo una guinda poco gratificante en la «performance» de Diop, que fue al fondo donde estaba la hinchada rojiblanca y se marcó un bailecito. Luego dijo que los aficionados le habían insultado previamente. La cosa no pasó a mayores: Diego Costa, templado esta vez, alejó a Diop del rincón donde le estaban llamando de todo menos bonito.