El presidente de la COP28 marca como línea roja los 1,5 grados de París y pide «flexibilidad»

Antes de que los focos alumbraran el plenario Al Hairat de la Expo City de Dubái, lugar donde tiene lugar la vigésimo octava Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC), el ministro de Asuntos Exteriores de la India arrojó un jarro de agua fría sobre las esperanzas de un acuerdo para olvidar los fósiles como combustibles en el futuro: «El carbón seguirá siendo nuestra principal fuente energía». A pesar de ello, Al Jaber ha pedido colaboración y, sobre todo, aportar soluciones. «Tenemos que encontrar métodos para incluir los combustibles fósiles», ha advertido. «Sé que hay convicción para conseguirlo».

Sin embargo no se han dado detalles de cómo lograr esos métodos. «Numerosas empresas han hecho grandes esfuerzos, pero tienen que saber que no es suficiente hay que hacer más», ha apostillado. Todo con un destino final: mantener los 1,5 grados de aumento de la temperatura media del planeta con respecto a la era preindustrial. «Es la estrella que guía a esta presidencia», señaló.

Sin embargo, tocará encontrarla entre tanta nube, ya que las previsiones del mundo científico apunta a los 3 grados. «Sin una reducción inmediata no conseguiremos lograr el Acuerdo de París», ha avanzado Jim Skean, presidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) en la sesión de apertura.

Más contundente ha sido Simon Steall, secretario de la CMNUCC: «Si no señalamos el fin de la era de los combustibles fósiles tal como la conocemos, daremos la bienvenida a nuestro propio fin».

Tras los discursos de apertura ha sido el turno de alcanzar los primeros acuerdos. Un mero trámite en anteriores cumbres, pero que en esta ocasión no lo parecía. Antes de llegar a la sesión inaugural de la Conferencia de las Partes de la CMNUCC se produce un encuentro multilateral bautizado como preCOP en el que se pactan los puntos de negociación con la máxima de «si no está en la agenda, no se negocia».

A pocas horas del comienzo, la agenda definitiva no estaba disponible en la página oficial del evento. Sin embargo, finalmente y casi sobre la bocina, la Unión Europea abandonó su presión para conseguir un punto sobre la alineación de todos los flujos financieros con los objetivos del Acuerdo de París y a cambio, Brasil, China, Sudáfrica e India abandonaron su petición de debatir medidas comerciales unilaterales como el mecanismo de ajuste fronterizo de carbono de la UE.

Pero el punto más acalorado hoy ha sido el choque entre Rusia y Estados Unidos sobre la Open Society Foundations de George Soros y el Instituto Nacional Demócrata. Una delegada de Rusia tomó la palabra en el plenario para advertir a la presidencia que la presencia de estas dos organizaciones interfieren en los asuntos de estados soberanos y señaló que su presencia en la COP perjudicaba las negociaciones.

Por su parte, John Kerry, enviado presidencial especial de Estados Unidos para el clima, respondió que no había base para cuestionar las credenciales climáticas de las dos organizaciones sin fines de lucro y pidió que constara en acta.

Este es un ejemplo del papel que juega la geopolítica en esta cumbre del clima, pero no es el único. Rusia, de momento, bloquea la designación de la sede de la COP29 que el próximo ejercicio ha de celebrarse en Europa del Este. Los 23 países de la región deben elegir por unanimidad al país anfitrión y Moscú no quiere que sea en ningún país de la Unión Europea. «Insto a los países a que lleguen a un acuerdo lo antes posible», ha advertido el Sultán Al Jaber».