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40.000 euros menos en la factura de la luz: así es la apuesta de los colegios por la energía solar

Muchos centros escolares se adelantan a los planes del Gobierno de usar placas solares en edificios públicos y dan ejemplo del modelo futuro

La instalación solar realizada por la empresa E4e Soluciones en el colegio Miramadrid.

A. Herranz

El Gobierno acaba de aprobar un plan para reducir la dependencia del suministro energético de fuentes no renovables de su propia administración. Para ello impulsará que la mayoría de edificios públicos posibles instalen en sus azoteas placas solares con las que abastecerse de energía limpia. El objetivo es pasar de los 1.500 megavatios (MW) procedentes de la energía solar que había registrados en 2021 a los casi 9.000 MW en 2030.

Este camino hacia un mayor autoconsumo energético, para evitar la dependencia de combustibles fósiles, toma como plataforma los propios edificios de la administración para servir como ejemplo a otros sectores de la sociedad, cada vez más implicados en este modelo como son las empresas y las viviendas particulares .

Quienes han demostrado ser la avanzadilla en el ámbito de los servicios públicos han sido muchos colegios que han realizado esta inversión para racionalizar su factura eléctrica. De ellos se puede obtener la experiencia para conocer qué ventajas tienen estas instalaciones y, sobre todo, qué escollos se encuentran a la hora de emprender este camino más 'verde'.

El colegio Miramadrid es uno de ellos. César Aceituno es el presidente de la cooperativa que gestiona este colegio concertado, que desde hace casi un año cuenta con placas solares que cubren el 40% de su tejado. Recuerda que la comunidad educativa quiso acometer esta instalación antes de la pandemia, pero que ésta obligó a posponer la obra. Pero finalmente se hizo el pasado año, incluso antes de que se supiera el incremento de coste que iba a experimentar la electricidad.

«Era una manera de ahorrar dinero y de tener un gesto hacia la comunidad educativa de cara al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible», explica a la hora de hablar de los motivos reales que llevaron al centro a emprender este cambio.

El estudio de viabilidad

Antes de poner placas solares en el tejado de un edificio se debe realizar una auditoria energética, una técnica y otra económica. En la primera se analiza el patrón de consumo de electricidad de al menos el último año natural del centro. «Con esto se establece las necesidades energéticas del centro a la hora de diseñar la instalación fotovoltaica», explica Jesús Bustos, de la empresa E4e Soluciones, encargada del proyecto de Miramadrid.

En la auditoría técnica se analiza el emplazamiento del edificio, con el fin de conocer la cantidad de irradiación solar que recibirá la instalación. «Con estas dos informaciones previas, los equipos de ingeniería pueden comenzar a diseñar la instalación con 'software' homologado, teniendo en cuenta las sombras y la inclinación que tendrán las placas solares hacia el sol. La instalación siempre se diseñará teniendo en cuenta las necesidades del centro, ya que un sobredimensionamiento garantiza que se pueda producir más electricidad para autoconsumo, pero eso no significa que el centro la vaya a consumir si no se adapta a sus necesidades y características», detalla Bustos.

Cuánto cuesta y cuánto se tarda en amortizar. ¿Es rentable?

Por último, la auditoría económica calcula el coste de la instalación y los periodos de amortización. «No siempre un proyecto de fotovoltaica es viable económicamente, aunque sí lo pudiera ser de manera técnica, por ejemplo, en los territorios donde hay menos horas de sol o porque el patrón de consumo del centro se pudiera realizar en horas nocturnas principalmente», asegura el responsable de E4e Soluciones.

Aunque este coste dependerá mucho del tipo de instalación, a grandes rasgos Bustos asegura que el precio de una instalación para autoconsumo estará en torno a los 650 euros/kwp hasta los 1.500 euros/kwp, aunque subraya que «este precio variará del tamaño de la instalación y de la tecnología a emplear».

En el caso del colegio Miramadrid, Aceituno asegura que la cifra de ahorro depende del mes, pero que está entre el 25 y el 45%. «Esto supone un ahorro considerable de la energía. La previsión que tenemos es que este año suponga un ahorro en términos brutos de casi 40.000 euros».

Este portavoz del colegio asegura que no se llega a satisfacer toda la demanda energética del centro porque no tienen baterías para almacenar energía, lo que hace que cuando hay nubes o por la noche se siga dependiendo de otras fuentes.

En cuanto al periodo de amortización, depende del uso que se haga de la instalación solar. «Cuanta más energía consuma el centro a las horas de mayor insolación menor será el tiempo de amortización, ya que la energía la estará consumiendo de la instalación solar, preferentemente antes que de la red de distribución convencional», explica Bustos.

Teniendo en cuenta los actuales y elevados precios de la electricidad, una instalación se podría amortizar en periodos de alrededor de cuatro años. «Si a esto le sumamos bonificaciones de impuestos municipales, como el IBI o las subvenciones directas provenientes de los fondos NEXTGENEU, la planta puede salir incluso gratis», asegura Bustos.

Salvar las trabas de la burocracia

Llegar hasta este punto no resulta del todo fácil. Las mayores dificultades son, según la experiencia relatada en este caso, burocráticas.

Aunque Aceituno habla de las ayudas y subvenciones que hay para realizar estas inversiones, reconoce que su tramitación ha corrido a cargo de la empresa instaladora.

Es más, recomienda que, de cara a hacer una apuesta de este tipo, se confíe en aquellas empresas que son capaces de gestionar estas ayudas. «Además de pedir presupuestos, hay que estar muy atento a las cuestiones técnicas y de viabilidad, así como de servicio postventa. También aconsejaría que estén muy pendientes de que la empresa les ayude con las subvenciones», explica.

En su caso, y al ser una institución con más de 2.100 alumnos, las ayudas eran del 10%. «Si hubiésemos sido una pequeña empresa la ayuda hubiera sido mayor», reconoce.

Pese a contar con esta ayuda para tramitar las subvenciones, asegura que les han puesto «muchas dificultades de plazos». De hecho, prosigue, «tenemos la subvención concedida, pero aún no la han hecho efectiva».

Además, esta dificultad a la hora de hacer trámites ha impedido que el colegio haya podido realizar más acciones con esta instalación. «Queríamos también que pudiéramos verter a la red el excedente de energía o buscar algún tipo de baterías, pero por temas burocráticos nos hemos echado para atrás y solamente hemos hecho la instalación de autoconsumo», se lamenta este responsable.

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