literatura y deporte
El ajedrez, una cuestión de vida o muerte
El escritor alemán Stefan Zweig utiliza en «Novela de ajedrez» el juego intelectual para hacer una crítica feroz al nazismo
laura marta
Breve, pero muy intensa. Aunque la frase suene a tópico, Stefan Zweig la hace propia para expresar en lo que duran un par de viajes de autobús, su idea del nazismo utilizando el ajedrez como excusa para contar algo que va más allá ... del propio juego. O puede que, precisamente, utilice el juego para matizar que, como la vida, unos ganan y otros pierden, las blancas y las negras, víctimas y verdugos.
Escrito en 1941 y a pocos meses de su suicidio, el autor alemán se vuelve periodista a bordo de un transatlántico para contar la historia de una partida de ajedrez en la que en juego hay algo más que una victoria y una derrota. En ella se mezclan obsesiones : las del campeón que no quiere ver su fama destruida, la del millonario en busca de sus 15 segundos de fama y las del periodista en busca de la entrevista del Pulitzer. Y entremedias se cuela la historia principal, el personaje central, el misterioso Señor B., el «sabio» al que el ajedrez todo le dio y todo le quitó.
Zweig detalla hasta convertirla en real la agonía de su vida perseguido primero por los nazis y, después, por un juego mental que abduce y aliena, convirtiendo en banal todo lo que sale de esos 64 cuadros llenos de alegría, ira, recuerdos y trastornos. Cayendo, quizá, en los convencionalismos de presentar al jugador de ajedrez casi siempre como alguien desequilibrado y siempre como un outsider, la novela engancha por sus detalles, su ritmo trepidante y su capacidad para explicar la crueldad del nazismo a través de unas 80 páginas en las que siempre está pasando algo.
Profundo y conmovedor, el autor de «Amok», «Veinticuatro horas en la vida de una mujer», «Los otros ojos de mi hermano», entre otras obras, vuelve a expresar la crueldad del mundo de forma simple, pero dejando posos de conmoción que harán de su lectura un entretenido juego. Y como el ajedrez, la jugada quedará en la mente del lector, mucho tiempo después.
Con ciertas variaciones con respecto a la novela original, el director alemán Gerd Oswald adaptó la novela para el cine (traducida como Juego de Reyes). Aquí, unas imágenes de la obra (en inglés):
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