Once activistas, expulsados por la policía marroquí del Sahara Occidental

Hasta el momento, ninguna fuente oficial marroquí se ha pronunciado en relación a lo sucedido y los funcionarios contactados por Efe no han querido dar su versión de los hechos.

Fuentes del ministerio de Exteriores español explicaron que la Embajada española en Rabat está en contacto con la Gendarmería marroquí para prestar asistencia a los expulsados españoles en cuanto lleguen a la ciudad de Agadir, en el sur de Marruecos.

Policías de paisano obligaron por la fuerza a los once activistas extranjeros a subir a taxis colectivos a fin de ser trasladarlos a Agadir, adonde tenían previsto llegar a medianoche.

Los expulsados noruegos son Kristine Hallingstad, Pal Henriksen, Gunnar Kaus y Vegard Tjorhom, todos ellos pertenecientes a las ramas juveniles de dos partidos políticos noruegos, el Laborista y el Liberal. Todos ellos llegaron un días antes de la expulsión a El Aaiún, capital administrativa del Sáhara Occidental, con el fin de tomar el pulso a la situación actual en el Sahara Occidental.

Por su parte, el español Ginés Soriano, periodista «free lance», señaló que llegó a la capital saharaui en autobús con intención de hacer un reportaje en la zona. Poco después de bajar del autobús, y sin haberse identificado todavía como periodista, f ue abordado por policías de paisano quienes, sin mostrar ninguna credencial, le confiscaron el pasaporte y le obligaron a subir al mismo taxi en el que viajaban los noruegos bajo el argumento de que «era mejor para su seguridad» ante la previsión de incidentes en los próximos días en la zona. Una vez en el taxi, todos recuperaron sus pasaportes.

Por su parte, otros dos grupos de españoles pertenecientes al Movimiento de Solidaridad Brigadista (próximo a Izquierda Unida, IU) también fueron expulsados del territorio, según explicó Jefferson Cárdenas, miembro del movimiento. Cárdenas y otros dos compañeros suyos fueron sacados del hotel de El Aaiún, a donde habían llegado por la mañana, por un grupo de unos treinta policías de paisano que les aseguraron que «el Gobernador (de El Aaiún) había decretado la expulsión de todos los extranjeros». Acto seguido fueron introducidos en un taxi que, escoltado por un vehículo policial, les llevó hasta Agadir.

Otro grupo del mismo movimiento que estaba coordinado con ellos fueron rechazados en un control militar situado junto a la antigua frontera entre Marruecos y el Sáhara, y también reconducidos a Agadir.

Jefferson Cárdenas dijo que su intención era realizar una serie de entrevistas grabadas con activistas pro derechos humanos en la zona, «y de los hechos represivos».

IU ha denunciado en un comunicado la «expulsión ilegal» de los brigadistas y su portavoz de Exteriores en el Congreso, Joan Josep Nuet, ha enviado una carta al ministro José Manuel García-Margallo para que realice «todas las gestiones que estime necesarias para interceder contra la expulsión ilegal y poner fin a las amenazas y el hostigamiento» en el Sáhara Occidental.

Y es que el próximo jueves se cumple el segundo aniversario del desmantelamiento del campamento de Gdaim Izik, que comenzó como un acto de protesta social y terminó como un acto de reivindicación independentista saharaui. Aquel suceso, que se saldó con 13 muertos (11 de ellos policías marroquíes), fue el más grave registrado durante décadas en el territorio saharaui.