El «Xino» de Joan Colom se muda al MNAC

Con la cámara siempre a la altura de la rodilla y casi como quien no quiere la cosa, Joan Colom (Barcelona, 1921) inmortalizó en los años 50 y 60 el bullicio del «Xino», barrio barcelonés que este atípico fotógrafo documentó minuciosamente sin necesidad siquiera de mirar por el visor de su cámara. « Yo hago la calle. Con mis fotografías busco ser una especie de notario de la época», había dicho Colom, Premio Nacional de Fotografía en 2002, en alguna ocasión.

Y tan minucioso repaso visual a los tiempos que le tocó vivir tendrá a partir de ahora un marco acorde, uno tan insigne como el Museo Nacional de Arte de Cataluña, institución a la que Colom donó ayer toda su obra, un pedazo de la memoria visual barcelonesa formada por 9.000 fotografías en papel, negativos y una película de 8 mm así como toda la documentación. Una donación «desinteresada, gratuita y sin contraprestaciones» que se viene a sumar a las últimas adquisiciones de los fondos de Xavier Miserachs y Oriol Maspons por parte del MACBA y el MNAC, respectivamente.

Considerado como uno de los grandes renovadores de la fotografía de posguerra, Colom se retiró voluntariamente de la fotografía en 1964 y no volvió a ejercer la profesión hasta ya entrados los noventa, década en la que empezó a trabajar en color con imágenes en su mayoría inéditas. Antes de eso, el fotógrafo barcelonés tuvo tiempo para retratar con su cámara la bisagra que unió las décadas de los cincuenta y los sesenta en unas series fotográficas que incluyen sus paseos furtivos por el barrio Chino, sí, pero también reportajes realizados en el Somorrostro y el Born o series dedicadas a las corridas de toros. Entre el material ahora cedido también destacan filmaciones del barrio Chino que Colom realizó con una cámara de 8 mm y que más tarde empalmó en una bobina de 25 minutos de duración.

El MNAC, que en 1999 organizó una exposición dedicada a Colom, contaba en sus fondos con las 50 imágenes que formaron la muestra, así como con otra serie de 17 fotografías compradas a la Generalitat, fondo que ahora se verá sensiblemente incrementado gracias a esta donación desinteresada. O, como aseguró ayer el propio Colom: «El valor de lo que yo siento está en función del que sienten ustedes por mí».