DENUNCIA «TU MADRID»
El callejón de las plagas y la inmundicia
Paco es el azote de vecinos y comerciantes en el pasaje de Fernando Poo. Acumula kilos de basura cada día. Al parecer sufre síndrome de Diógenes
TATIANA G.RIVAS
Uno de los dos pasadizos ubicados en la calle de Fernando Poo con acceso a la glorieta de Santa María de la Cabeza es desde hace más de cinco años, como indican los vecinos, un foco de inmundicia . Un lugar ideal ... para que los «sintecho» lo colonicen a modo de morada. Desde hace cuatro años, quien dice llamarse Paco y supera los 50 años de edad ha convertido este territorio en una zona no transitable para los residentes y comerciantes.
El problema no queda en que este individuo haga vida allí, coma, duerma, haga sus necesidades y recopile algún que otro objeto, aunque él lo niegue. La cuestión es que cada día arrastra hasta este punto cubos de basura que quita a las comunidades, mobiliario urbano, señales de tráfico, muebles, colchones, carros, cartones y un sinfín de porquería que a veces llega a invadir parte de la acera de la glorieta , aseguran los vecinos. «Incluso pone vallas de tráfico a los dos lados del callejón para que nadie pase», apunta Antonio, presidente de la comunidad de uno de los bloques de viviendas cercanos.
«La situación es lamentable. Hemos escrito al Ayuntamiento en repetidas ocasiones»
Quienes se llevan la peor parte son los dos locales que atraviesa el callejón: una floristería y un concesionario de coches . Paco, que según la gente que trata con él padece síndrome de Diógenes , ha condenado dos puertas de estos establecimientos con la suma de sus desperdicios. Ana es una de las empleadas del concesionario: «La situación es lamentable. Hemos escrito al Ayuntamiento en repetidas ocasiones –muestra un mail del 23 de mayo donde el Consistorio le responde con que su queja ha sido derivada a la «Dirección General de Planeamiento»– y no se pone solución.
Tenemos que trabajar con un escaparate que hemos dado por perdido, otra puerta inutilizada, el mal olor, las moscas, las cucarachas y las ratas que hay ahí. A veces se nos cuelan como 50 moscas de golpe mientras hay un clientes».
El cierre, la solución
«Es necesario que se cierre ese pasadizo. Si se va él, vendrá otro. Antes que este hombre estuvo una mujer haciendo vida allí . Ésta incluso mantenía relaciones sexuales en el callejón con otros indigentes. Estamos hartos. Lo peor, los bichos que se nos cuelan», manifiesta el trabajador de la floristería. Rosa, una sexagenaria que vive cerca del portal, coincide en esta idea. « Que lo cierren o tapien . Es que a veces se pone muy agresivo. Un día va a haber un problema mayor», opina.
José es otro de los vecinos afectados por esta situación. Se queja a ABC de que tanto el Ayuntamiento como la Policía Municipal conocen el caso a través de las numerosas quejas enviadas . Este ciudadano apunta que el servicio Selur pasa cada dos días. «Desplaza un camión, una cisterna y seis hombres para recoger la basura y limpiar el pasadizo. En conversaciones mantenidas con este individuo se han utilizado todos los tonos posibles, pero tratándose de un enfermo, los resultados han sido nulos».
Los vecinos se sorprenden de que año tras año, la administración local siga consintiendo un gasto diario en limpieza por y para este hombre que, a su juicio, necesita asistencia de los especialistas de la mente. El Samur Social ha acudido varias veces , pero Paco se aferra a su callejón.
Son las once de la mañana y aparece un camión de recogida de basura en Fernando Poo. Uno de los operarios conoce a la perfección al inquilino del callejón. «Es increíble todo lo que trae. Tenemos que limpiarlo cada dos días», apunta. Ese día ha tocado. En el pasadizo sólo queda el hedor impregnado del cúmulo de suciedad . No hay ni rastro de Paco.
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