Una coctelería en las cuevas del archivo de la Inquisición
El hotel Mercure Santo Domingo esconde una joya bajo tierra: seis cuevas del siglo XVI convertidas en 2011 en un mágico bar
TATIANA G. RIVAS
En el mismo edificio donde la Santa Inquisición tenía su archivoen el siglo XVI, en el número 13 de la plaza de Santo Domingo, había ocultas seis cuevas que se utilizaban como zonas frigoríficas. Hace tan solo seis meses, a los pies ... del edificio donde se apilaron centenares de supuestos delitos de herejes, el hotel Mercure Santo Domingo, activo desde hace 18 años, reconvirtió esa guarida en una coctelería con mucho encanto. La bautizó como Las Cuevas de Sandó.
Sumergirse en este lugar tan cercano a la Gran Vía, con cinco siglos de historia, es toda una aventura. ¿Cuántos secretos del pasado esconderan esas paredes? ¿Y del presente? El ladrillo visto de la época se ha mantenido tal cual, simplemente dotándole de una capa que lo proteja de desconchamientos. Contrasta este material con el traslúcido suelo de cristal que refleja luces de diversos colores que llenan el espacio de vida.
Secretos en sus bebidas
Cualquiera puede deleitarse con su selección de cócteles (desde 9 hasta 12 euros) con sus destilados Premium , entre los que destacan ginebras y vodkas.
Las noches de los sábados la música de ambiente suena en vivo y en directo con el DJ residente Antal Maia. Son Jean Pierre y José Duque los cocteleros que inundan los paladares de bebidas exquisitas. Entre sus secretos está la utilización de frutas naturales en sus creaciones y entre sus especialidades destacan el mojito de flores , preparado con flores comestibles y con licor de violeta. También el Oro negro, con vodka negro, hierbabuena y limón.
Su carta es sencilla, pero los clásicos versionados surgen a diario y se entremezclan con otros de autor que sorprenden a los más atrevidos. Si se abre el apetito también hay oferta de hamburguesas, sándwiches, ensaladas…
Capacidad para 80 personas
Cada una de las seis cuevas tiene capacidad desde cuatro hasta 20 personas. Su aforo es de 80. Permanece abierto de martes a domingo , desde las seis de la tarde hasta las dos de la madrugada. Para acceder a este escondite hay que hacerlo por una de las puertas del hotel, a través de su Open bar. Pasen, remónetese al pasado, vean y beban.
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