El último décimo de Doña Manolita en Gran Vía
La popular administración de lotería cierra y se traslada la semana que viene en su nuevo local de la calle del Carmen, a 90 metros del actual
diego casado
Adiós a Gran Vía 31. La administración más popular de la capital, Doña Manolita, echa hoy el cierre a 80 años de historia en la principal avenida madrileña. Se va muy cerca, a un local de la calle del Carmen, a 90 metros, por el ... vencimiento del alquiler de su actual local.
«Nos va a dar mucha pena bajar la persiana», contaba a ABC horas antes del cierre Concha Corona, la actual administradora del negocio, en el que lleva los últimos 25 años de su vida. Allí afirma que dejará «muchos recuerdos, y también muchos premios gordos». Los que ha dado desde que aterrizó en la principal avenida del centro, el último el 22 de diciembre de 2007.
Doña Manolita anunció el pasado mes de abril su traslado . El nuevo local, que abrirá a principio de la semana que viene, será algo más grande y mejor accesible: sus clientes dispondrán de una ventanilla más y ya no tendrán que subir los tres peldaños que conducían al despacho de lotería.
A buen seguro que todos los jugadores saludarán esta mejora. Todos salvo uno, que siempre evitaba pisar el segundo escalón al entrar al local. «Dice que le daba suerte», explica Concha. Y parece que le funcionaba, porque es uno de sus clientes más agraciados. «Ya nos ha dicho que se buscará un nuevo ritual», dice.
Las que también se trasladará con la mudanza serán las colas de clientes en busca de boletos para Navidad, que comienzan cada año a finales de octubre y no acaban hasta enero del año siguiente. En Gran Vía, los días impares se formaban hacia un lado y los impares hacia el otro, para no perjudicar a los comercios vecinos. «No sabemos aún lo que haremos», confiesa Concha Corona. «Esperaremos a ver cómo se comportan nuestros clientes y les daremos la solución que les resulte más cómoda», explica.
En el nuevo local, ubicado en el número 22 de la calle del Carmen -donde la administración espera permanecer «al menos otros 80 años más»- los obreros apuraban por la mañana los últimos retoques antes del traslado. Entre andamios se podía leer el renovado cartel de Doña Manolita, con una referencia a su página web . Dentro, Concha limpia el local para dejar todo listo para la que será la segunda mudanza de la historia en su negocio centenario.
Cuarta sede de Doña Manolita
El despacho de la calle del Carmen será el cuarto que conozca la administración en sus más de cien años de historia. Su idilio con la suerte comenzó en 1904 , con la apertura de un despacho en la calle San Bernardo (entonces llamada la calle Ancha) junto a sus tres hermanas.
La lotera ganó gran fama entonces, sobre todo entre los estudiantes de la Universidad Central, que acudían a la administración a admirar su belleza y, de paso, para comprar décimos. Los grandes premios no tardaron en llegar y Doña Manolita se convirtió de pronto en una próspera empresaria e incluso musa de escritores, pintores y artistas en general.
El establecimiento se trasladó a la Gran Via el año 1931. Paralelamente, la familia se puso a despachar billetes en la Puerta del Sol, en un local que permaneció allí hasta 1987, fecha en la que se convirtió en una tienda de regalos.
En 1951, Doña Manolita falleció sin descendencia, y la Administración de Sol pasó a manos de su hermana Carmen y luego a manos del hijo de esta.
La lotera ganó gran fama por su belleza y su suerte
La familia dejo de ser propietaria de la Administración de Sol en 1987, al ser vendida a manos ajenas. La misma suerte corrió el despacho de la Gran Vía. Sin embargo, aquellas ventas no le hicieron perder ni un ápice de su fama, como demuestran las larguísimas colas que se asoman cada año a partir del mes de noviembre y que este año se trasladarán a la calle del Carmen.
Hoy, los clientes apenas tenían que esperar. La mayoría no sabía que era el último día que estaría abierta la Doña Manolita de la Gran Vía. Pero muchos compraban esperanzados boletos para intentar ganar el mayor premio de la historia en España , el de Euromillones, que reparte 185 millones de euros.
Concha no podría ver un final mejor a su traslado: «Sería un sueño despedirnos dando un premio así de gordo», dice antes de admitir que es «realmente difícil. Pero a ver si hay suerte».
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