IMPERTINENCIAS LIBERALES
¿Y nosotros?
Problemas de políticos que interesan a medios que se confunden con los políticos en un juego siniestro
Se avanza, aunque lento, hacia la conformación de un nuevo gobierno para Canarias y son muchas las líneas que sobre ello se escriben a diario y demasiados los minutos en televisión y radio. Parece que despierta interés, cabría argüir, pero de momento parece también que es asunto de concernidos, sean estos políticos o medios de comunicación, encantados de conocerse hablando de su propio mundo e intereses y de espaldas a las preocupaciones de los casi 300 mil parados que en Canarias tenemos. Es cierto que los resultados electorales han supuesto un ERE para algunas formaciones pero no cantemos victoria, pues los que se despidan ahora serán inmediatamente sustituidos por otros en las mismas condiciones salariales y laborales. Despidos que serán por la fuerza, pues es humanamente comprensible que algunos se agarren como lapas al privilegio, pues después de años de dedicación a la cosa pública, sus habillidades en la vida privada están seriamente comprometidas y no todos pueden ser como esa diputada que dice abandonar la política para abanderar un movimiento de regeneración que cambie las cosas. ¿Cómo podrá hacerlo, si ella ha formado parte del statu quo sin cuestionarlo hasta el momento en que empezó a perder prebendas y beneficios?
En toda esta impostura, se habla más de los componentes de los pactos que de los contenidos, de tal suerte que, estamos esperando saber más sobre lo que pondrán sobre la mesa para llegar a acuerdos, más allá del simple reparto de carteras por las que ahora pelean. No es repetir aquella máxima de Julio Anguita de «programa, programa», sino de tratar de averiguar si nuestros políticos serán capaces de detectar las necesidades del Archipiélago, de sus habitantes y conforme a ellas, articular un eficaz programa de gobierno. De momento, vano esfuerzo, pues se han mostrado mucho más interesados en saber quién es el ungido a la Presidencia del gobierno y en tratar de modificar la ley electoral por otra más justa, que es necesaria, pero que no creará un solo puesto de trabajo más. Como se ve, problemas de políticos que interesan a medios que se confunden con los políticos en un juego siniestro donde los grandes olvidados somos los ciudadanos que pagamos impuestos y sufrimos las consecuencias de decisiones desacertadas. Mientras, esperamos a saber cómo afrontan los próximos cuatro años y si no tendrán que ponerse a aplicar economías de guerra como en Cataluña, que implique recortes sustanciales en la sanidad, educación o en las empresas públicas, con el despido incluido de muchos trabajadores contratados en la época de expansión económica. No perdamos la esperanza, igual en algún momento caen en la cuenta de que deciden sobre el futuro de nosotros y no tan solo el suyo.
Twitter: @antoniosalazarg
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