Un Nobel en la Catedral
ROSARIO PÉREZ
Ardía por los cuatro costados la Monumental. En medio de un descomunal ambiente, el gentío se precipitaba por la calle de Alcalá y la Avenida de los Toreros. El metro de Ventas parecía la estación neoyorquina de Brooklyn en hora punta. Vomitaban fuego los tacones ... por el paso alegre y diligente. Todo lo ligero que permitía la procesión humana. Los zapatos, recién lustrados, acabaron como adanes de los pisotones.
Adentrarse entre la multitud para acceder a la localidad era como serpentear entre la maleza. Atravesó la maraña con estilo la sirena Nieves Álvarez, quien ocupó una barrera del «9», junto a Nuria González, Cari Lapique y Naty Abascal, que desearon suerte a las cuadrillas. Detrás del cuarteto de elegantes, y sin revolverse, Carmen Lomana, quien no ocultó su debilidad por Manzanares. No faltan Pío García-Escudero ni Alberto Cortina.
Los tendidos contaron con un espectador excepcional, Mario Vargas Llosa, acompañado por Andrés Amorós. Menudo lujazo compartir dos horas con Mario y mantener una Conversación en la Catedral (del toreo). Innúmeros aficionados, con el ABC bajo el brazo, se preguntaban qué diría el Nobel sobre la corrida (a la izquierda tienen la respuesta). Beligerante en la defensa de las libertades, el escritor no se ha limitado a ver los toros desde la barrera (en este caso desde un preferente del «3») y ha dado su apoyo para que la Tauromaquia sea reconocida Patrimonio Cultural por la Unesco, que es el particular sueño celta de la afición.
Cuando apareció el impresentable primer parladé, nos llegó un sms con sorna: «Esto es La Fiesta del Chivo », parafraseando la célebre obra de Vargas Llosa. A los ultrasol no les gustó el (des)trapío de varios toros, cosa lógica, y los «miaus» retumbaron. «¡Indignados, iros a la Puerta del Sol!», gritaron desde la sombra.
Callejón y barrera eran ayer una pasarela de la alta sociedad. En barrera y con sombrero disfrutaron de la tarde el marqués de Cubas y el marqués de Griñón. En lugar colindante, Adolfo Suárez Illana, aficionado práctico, junto a su mujer, Isabel Flores. Y en las proximidades, una belleza rubia, la ganadera Silvia Camacho.
El embajador de Francia en España, Bruno Delaye, vibró con el coraje de «su» gallo Castella, al igual que su esposa, Annie Delaye, en otro burladero. También en el callejón se encontraba Jaime de Marichalar, que no coincidió esta vez con la Infanta Doña Elena. El próximo miércoles, Su Majestad el Reypresidirá la Corrida de la Prensa, un respaldo mayúsculo a la Fiesta.
En el palco de ABC, Benjamín Lana, director editorial de Medios Regionales de Vocento; Rafael Martínez de Vega, director comercial de Mercados Regionales de Vocento; José Miguel Martínez, director de Negociación de Arena, y Fernando Altuna, director de Medios de Starcom MediaVest, hacen apuestas sobre quién triunfará. Y en el «12+1», José Ramón Alonso, subdirector de ABC, acompañado por sus hermanos Javier y Aurora.
A ras del ruedo, junto a toriles, no pierde detalle Sergio Ramos, un futbolista con casta y veroniqueador de sueños blancos. Y rivales bicolor como Raúl García y Asenjo. Ramón Calderón y Enrique Múgica se colocan en sendas delanteras. No faltan Teresa Viejo, Ramón García, Alfredo Relaño, Josemi Rodríguez-Sieiro, Boris Izaguirre o Carles Francino.
El rejoneador Fermín Bohórquez toma contacto con la plaza antes de su cita de hoy. A Victorino Martín le piden que vuelva a «su» Madrid. Andrés Calamaro casi saluda a portagayola a los toros desde su asiento, pegado a chiqueros. En el bajo del «2», José María Cano se entusiasma con la última faena del Alejandro Magno extremeño. Pero todas las miradas y flashes perseguían al indiscutible maestro del escalafón de las Letras: Mario Vargas Llosa.
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