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Tras el rastro de los «sms» de María

Los mensajes del móvil de la mujer desaparecida en Boadilla llevan a una gran batida

ABC

CARLOS HIDALGO

«Estoy en casa». Éste fue el primero de los dos mensajes que salieron del móvil de María Piedad García Revuelta, de 30 años, a primera hora del domingo. Se lo envió a una amiga. Casi inmediatamente, llegó el segundo y último: «Me voy a desayunar a Plaza de España». La destinataria de éste era Antonia, su madre, quien se quedó muy extrañada. No era normal en su hija que pasara la noche fuera, y más con un bebé de ocho meses.

No le faltaba razón. Todo apunta a que no fue ella quien envió el mensaje, aunque apareciera como remitente. La Guardia Civil ha comprobado que los «sms» llegaron a través de un repetidor de telefonía situado en la zona del Ventorro del Cano y de la Ciudad Financiera del Banco Santander en Boadilla del Monte, área industrial y boscosa. Más que de desaparición habría que hablar de desapariciones: Javier Sánchez, ex pareja de María, también es objeto de búsqueda. El lunes, cuando su ex llevaba más de 24 horas desaparecida, se presentó en la consulta de su médico de cabecera y pidió la baja laboral. Horas antes, habría tenido, según su testimonio, dos accidentes. Uno en su empresa, con una radial; el otro, en el término municipal de Coslada, al colisionar su coche contra una mediana. El vehículo fue hallado en un taller mecánico situado entre Boadilla del Monte y Humanes de Madrid y, según los primeros datos, no se han hallado restos biológicos de María en él.

Buena parte de la 6ª Compañía de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid está trabajando en el caso. Se ha movilizado incluso al Grupo de Actividades Subacuáticas. Se peinan no sólo áreas urbanas del municipio, sino zonas boscosas, como las mencionadas de la Ciudad Financiera del Santander y el Ventorro del Cano.

El objetivo principal es dar con el paradero de María; pero también se está siguiendo el rastro de Javier, su ex pareja hasta hace unos seis meses, padre de uno de sus hijos y sospechoso número uno de la autoría de la desaparición. La perfecta reconstrucción de los hechos es fundamental, aunque el tiempo juega en contra de los investigadores.

Todo planificado

No se descarta la hipótesis, analizando los pasos que él dio tras la desaparición, que Javier, en caso de que sea el culpable de que no se dé con el paradero de la chica, hubiese trazado un plan para despistar a la Guardia Civil.

Los hechos hablan de la siguiente manera. La noche del pasado sábado, un grupo de trabajadores del hipermercado Mercadona de Boadilla del Monte, entre ellos María y Javier, acudieron a una cena de Navidad. Ella es cajera y él jefe de mantenimiento del supermercado. Rompieron su noviazgo hace unos seis meses, poco después del nacimiento del hijo que tienen en común, de 8 meses. Ella tiene otro niño de 8 años, fruto de una relación anterior. La cena se desarrolló cerca de la avenida Infante Don Luis, donde está su lugar de trabajo. Luego, estuvieron de copas cerca, en la conocida como zona nueva, entre la mencionada avenida y la del Siglo XXI.

Sobre las cinco, Javier se empeñó en acompañar en su coche a María a casa. Ella reside con su madre e hijos en el piso familiar de la plaza de la Cruz, 2, justo al lado del Ayuntamiento. Ahí se le perdió el rastro a la mujer, que tiene 30 años y estuvo destinada, en su época de miembro de las Fuerzas Armadas, en Canarias.

Tres horas después, la madre de María, recibía el mencionado mensaje de texto en su teléfono móvil. Todo le pareció extrañísimo. Ese domingo, Javier, presuntamente, se habría puesto en contacto con su jefe, para comunicarle que iba a ir al supermercado, pese a que estaba cerrado, para arreglar unas baldosas. Tiene llaves del establecimiento. Así quedó reflejado por las cámaras de seguridad. Según explicó, mientras manipulaba la herramienta, sufrió un corte, por el que llegó a sangrar.

La herida no revestía gravedad y Javier tomó su coche y se fue. Su rastro vuelve a aparecer a las nueve de la noche de ese mismo día. Sufrió un accidente de tráfico al colisionar contra una mediana en Coslada. Acudió entonces al servicio de Urgencias del hospital de referencia, el Príncipe de Asturias, en Alcalá de Henares. Una grúa trasladó el vehículo al taller.

Al día siguiente se presentó en la consulta de su médico de cabecera, que le dio de baja. Así proporcionaba una razón en su trabajo para no acudir a su puesto. Al mediodía, Antonia Revuelta interpuso una denuncia por desaparición en el puesto de la Guardia Civil de Boadilla del Monte: su hija había acudido a una cena de trabajo el sábado por la noche y no había regresado. Se activó la búsqueda y la Guardia Civil tuvo luego conocimiento que la chica se había marchado por su propia voluntad con su ex pareja, de 35 años.

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