Una academia israelí entrena a niños y turistas en técnicas paramilitares

Los fundadores de esta particular escuela en la que los maestros llevan la cabeza rapada y tienen músculos abultados bajo sus trajes militares, que tiene como campo de entrenamiento las montañas peladas del desierto de Judea, son en su mayoria ex soldados de las fuerzas especiales del ejército israelí. Como ellos mismos aseguran durante la charla introductoria a un nuevo grupo de turistas, la razón de ser de la academia es el peligro constante en el que viven los judíos israelíes, al estar rodeados de enemigos, sobre todo desde Cisjordania.

«Decidí abrir esta academia hace unos años por que he visto que los israelíes se pueden ver en situaciones comprometidas y peligrosas en cualquier momento, como atentados terroristas o ataques directos motivados por el odio», comentó uno de los fundadores Sharon Gat, al grupo de unas quince personas reunidas en una barraca, «y quiero ayudarles a saber cómo salir de estas situaciones, o al menos darles la oportunidad de poder salir».

La mayoría de los turistas que acuden son de Estados Unidos, muchos de ellos judíos ortodoxos, aunque no sólo. También hay varios, como Han, que llegó desde China para visitar Israel y decidió probar cómo sería un día en la piel de un soldado israelí.

«Alguien me lo recomendó aquí por que me gusta mucho todo lo que tiene que ver con el ejército y la seguridad, así que me decidí y por ahora me lo estoy pasando bastante bien», aseguró Han.

Campamento para niños y adolescentes

Pero la mayoría de clientes de Calibre 3 no son turistas, sino niños y adolescentes. Esta academia tiene también un campamento de verano intensivo y cursos durante el año para que los menores se enfrenten a los rigores del ejército y aprendan también a defenderse. Como pequeños G.I. Joe, los que siguen el curso intensivo comen, duermen, y viven en el campamento durante varias semanas, en las que aprenden a disparar y también, a identificar al enemigo.

«Esto funciona como si fuera una escuela, lo hacen todo aquí durante un tiempo y les imponemos una disciplina, les enseñamos un estilo de vida», comentó uno de los instructores. Aunque los niños no estaban presentes durante el curso a los turistas, la imagen de niños de 10 años empuñando un rifle de asalto para disparar contra las dianas con cara de árabe, es una imagen difícil de procesar.

«Ponemos énfasis más en técnicas de defensa como lucha personal que aquí llamamos Krav Magav, que en disparar, además también les entretenemos con otras actividades. Además no entrenan con balas de verdad, sino de fogueo», prosiguió el instructor, que también ofreció una muestra al público de este tipo de lucha israelí.

Calibre 3 también da cursos de seguridad, defensa y antiterrorismo a grupos privados, muchos de ellos, admite el fundador, son colonos de la zona. La reciente escalada de violencia en Cisjordania entre colonos y palestinos, con las muertes de tres israelíes y el ataque a una niña de un asentamiento cerca de Ramala, ha hecho que los colonos se enroquen en sus posiciones y se estén militarizando.

Muchos aseguran que el ejército ya no puede garantizar la defensa de los asentamientos, por lo que ellos mismos están entrenándose para hacerse cargo de su propia seguridad.

«Yo no entro en política, yo ofrezco un servicio y cualquiera que quiera pagarlo, lo recibe, no hacemos preguntas», sentenció Gat, tras la pregunta de si son conscientes de quienes son sus clientes. «Viene mucha gente del extranjero también a recibir entrenamiento, personal de seguridad de embajadas, empresas privadas, no sólo colonos».

Dianas con caras árabes

Un vistazo al campo de entrenamiento deja claro quién es el enemigo para Calibre 3. Muchas de las dianas son sólo números, pero otras tienen caras obviamente árabes con pañuelos palestinos, que miran amenazantes mientras empuñan una pistola.

«Yo creo que es interesante, no tiene por qué ser algo político, he venido aquí por que tenía ganas de aprender a disparar y pasar un día diferente, no me paro a pensar si hay caras de árabes en las dianas o no», comentó Jenna, una estadounidense de 25 años, de visita en Israel, mientras intentaba disparar a la diana.

Desde Calibre 3 aseguran que desde que abrieron la academia en 2007, el negocio no para de crecer, con más de 10.000 clientes al año, y subiendo. La preocupación por la seguridad y el miedo al terrorismo, sobre todo islamista, comentó Gat, es una de las principales razones de su éxito.