«Los Goonies», cine de aventuras en el origen de la nostalgia

En plena efervescencia ochentera de este género, con Indiana Jones como estandarte, Steven Spielberg se inventó esta historia protagonizada por los que iban a ser sus consumidores: niños y adolescentes, y pese al auge del exotismo que había en la época situó la acción al lado de sus propias casas para decirles a los jóvenes de todo el mundo que no hacía falta viajar hasta el otro lado del mundo, porque el tesoro del pirata puede estar escondido bajo la colina que ves desde tu ventana.

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Richard Donner , que años antes había facturado las dos primeras de Superman, dirigió esta cinta con gran maestría al llevar al grupo de jóvenes actores a unas interpretaciones naturales y tremendamente verosímiles. Tan buena mano tuvo para escogerlos que hoy « Los Goonies » sirve, además de para pasar dos horas de entretenimiento puro, para disfrutar con el primer trabajo de dos actores que con los años crecieron (en todos los sentidos) y se convirtieron en pesos importantes en Hollywood: Josh Brolin , que hacía de Mike, el mayor del grupo, y su «hermano» en la cinta Sean Astin , el que luego se convertiría en Sam para la trilogía de «El señor de los anillos».

El espíritu de esta película de 1985 ha pervivido en el tiempo con tan buen recuerdo en varias generaciones que sus ideólogos de entonces, Donner y Spielberg, se han propuesto hacer una segunda parte . Así lo revelaba el primero hace unos días: «Esperamos sacar esto adelante. A Spielberg se le ocurrió la idea de hacer una secuela después de 30 años», decía a la vez que anunciaba la intención de volver a contar con el elenco original, aunque situando como protagonistas a otros jóvenes, tal vez los hijos de los que protagonizaron la primera.