Carrillo «oculta» más de 46 millones de la deuda de la Complutense

¿Por qué motivo, entonces, el rector José Carrillo, y su gerente, Begoña Aisa, se empeñan en decir que la deuda se ha reducido «drásticamente» hasta los 30 millones aproximadamente? El débito, como se sabe, ascendía a 150 millones en el año 2011. Economistas y expertos universitarios consultados por ABC tienen una explicación: la Complutense busca un «arreglo» con el Gobierno regional.

¿Y en qué consiste ese «arreglo»? A saber. La Complutense ha ganado, recientemente, un pleito a la Comunidad de Madrid. En la sentencia, se obliga a la Consejería de Educación a abonar 43 millones de euros por incumplimiento del plan de infraestructuras. Es decir, habría que destinarlos a reparación de edificios del campus Complutense tales como finalización de edificios a medio construir, mejora de laboratorios e instalaciones o la puesta a punto de redes eléctricas y de saneamiento, entre otras cuestiones. El importe de la sentencia judicial solo está para eso.

Sin embargo, se busca una «compensación» que no dejaría de ser indebida. Algo así como desvestir a un santo para vestir a otro. Es decir, se utilizarían los 43 millones de la sentencia para reducir los 57,1 de la deuda más abultada que la Complutense tiene con la Comunidad de Madrid en lugar de destinarlos para mejora de las infraestructuras, tal y como establece el fallo judicial. «Si cuela, cuela. Y todos contentos, aunque no deja de ser un chanchullo», comentan círculos del profesorado.

Lo cierto es que la UCM está endeudada por 76,8 millones, como queda señalado. La tajada más gorda corresponde a los 57,1 millones que se adeudan a la Comunidad de Madrid. Este débito —los 57,1 millones de capital vivo a día de hoy—, no cuentan como «amortización» ni en 2013, ni en 2014 ni en 2015. En estos años, se hace frente sólo a los intereses que, a un tipo del 3,34%, van cambiando de cuantía: si son de 2,1 millones en 2014, terminan bajando hasta 148.573 euros en 2023, último año de carencia. A partir de 2016, se unen el pago de la amortización y el de los intereses por lo que hay anualidades que la Complutense se verá obligada a sacar de sus arcas una media de más de 8 millones de euros. Así hasta 2023 que es, en teoría, cuando se liquida la deuda de 57,1 millones.

Todas estas cuentas las va a tener que escuchar Carrillo durante la campaña electoral de cara a los comicios al Rectorado, previstos para la última semana de abril, en primera vuelta. Quiere tener un debate con los que, como él, aspiran al sillón rectoral. Se trata, de momento, de los catedráticos Federico Morán (Bioquímica) , Rafael Calduch (Relaciones Internacionales en Ciencias de la Información), Carlos Andradas (Matemáticas), y Dámaso López (Filología). «O nos explica por qué se empeña en decir que ha reducido la deuda de 150 a 30 millones o nos confirma el arreglo para usar el dinero de la sentencia para infraestructuras en acortar indebidamente la deuda», comentan desde ámbitos docentes de la Universidad.

El propio José Carrillo ha señalado, en una reciente entrevista con ABC , que la deuda, hoy, «está ya en 30 millones y encauzada» . Y añadía: «No hace falta refinanciarla. La tenemos financiada el 3,5%». Además, se sentía satisfecho, por fin, de haber podido acceder al Plan de Pago de Proveedores.

A José Carrillo sus oponentes también le pueden sacar los colores por lo que consideran «falta de transparencia» en los presupuestos de 2015. Hay, al menos, 14 partidas en las que no se consigna dinero alguno porque «el impacto no se puede prever con certeza», «es un importe incierto» o «el coste es difícil de evaluar en este momento».

Entre las 14 partidas sin presupuestar figuran, por ejemplo, «Impulso de la investigación y la docencia», «Captación de un mayor número de alumnos de posgrado», «Contención del gasto», «Plan de eficiencia energética», «Prevención de riesgos», «Mejora de la infraestructura informática». Alguno de estos capítulos dependen, dice la UCM, del cobro de fallos judiciales.