Oswaldo Payá tendrá calle en Madrid, con el «no» de PSOE e IU

David Ortega, portavoz de UPyD, defendió su propuesta de dar el nombre de Oswaldo Payá a una vía de Madrid por su «legado en la defensa de los derechos humanos y la democracia frente a la dictadura cubana». Recordó que tuvo en vida cinco nominaciones oficiales al Premio Nobel de la Paz, y recordó –ante la renuencia de la oposición a este homenaje– que «las dictaduras no son de izquierdas ni de derechas, son dictaduras».

Fernando Villalonga, concejal de Las Artes, manifestó su «sentimiento de solidaridad y afecto al pueblo de Cuba y a sus legítimas aspiraciones». Argumentó a favor de la calle para Payá, basándose a su interés en lograr «una transición en su país desde la legalidad y la tranquilidad». Pero a renglón seguido, introdujo en el debate a Ángel Carromero, el líder de Nuevas Generaciones que ha permanecido varios meses encarcelado en Cuba tras un accidente automovilístico con resultado mortal, y que acaba de regresar a España para cumplir aquí su sentencia.

De hecho, Villalonga apuntó que el debate sobre esta calle a Payá, e incluso el hecho de que no fuera el PP el proponente, se debía a la necesidad de mantener la prudencia y la discreción para no complicar la vuelta de Carromero.

Este elemento distorsionó el debate y elevó el tono de oposición a la propuesta de IU y PSOE. Diego Cruz, por el PSOE, fue muy crítico con el «obsceno uso de la memoria de Payá» y acusó a UPyD a moverse «buscando sólo el titular». De hecho, para demostrarlo mostró una foto de la líder nacional de UPyD, Rosa Díez, junto a Fidel Castro. A Villalonga le achacó haber traído a colación a Carromero, algo que «es de vergüenza para la familia del homenajeado». Su hermano, Carlos Payá, negaba por gestos desde la tribuna de invitados.

Ángel Pérez, portavoz de IU, votó «no» aunque apuntó que «no es un contra». Explicó sus motivos: «No tengo nada en contra de la persona. Pero el hecho de ser disidente no es motivo para dar su nombre a una vía; no habría calles suficientes en Madrid». Dijo que su grupo «quiere para Cuba lo que los cubanos quieren». Y reconoció que «hay aspectos del régimen cubano que no nos gustan». No obstante, criticó la «hipocresía política» cuando «se mira para otro lado ante la violación de derechos humanos en el resto del mundo».