El «Costa Concordia» vuelve a erguirse tras una titánica operación de rescate
Concluye con éxito la rotación del crucero tras más de 19 horas de trabajos. En primavera será remolcado al puerto de Grosetto para ser desguazado, proceso que se puede alargar un año

Pasadas las cuatro de la madrugada hora española (02.00 GMT) el Costa Concordia recuperaba la verticalidad, apoyado sobre la plataforma marina construida para tal fin. En menos de 20 horas, el coloso de 114.000 toneladas volvía a erigirse frente a las costas de la isla italiana de Giglio donde encalló el 13 de enero de 2012 con 4.229 personas a bordo, 32 de las cuales murieron. Fotogalería del Costa Concordia, enderezado
El jefe de Protección Civil, Franco Gabrielli, anunciaba a la prensa con satisfacción que los trabajos habían concluido con éxito. « La rotación del Costa Concordia ha terminado . La embarcación ya está apoyada sobre su plataforma y hemos marcado un punto decisivo para alejarlo de Giglio», aseguraba Gabrielli, quien señalaba que el flanco del crucero antes hundido «está gravemente comprometido» por lo que «todavía hay que hacer varias pruebas» antes de sacar al Costa Concordia del lugar.
Con tres horas de retraso por las malas condiciones meteorológicas, a las 9,oo horas de la mañana comenzaba la rotación de la nave mediante una operación de enderezamiento conocida como «parbuckling» que ya había sido utilizada con anterioridad en buques como el USS Oklahoma hundido en Pearl Harbour , pero nunca con un buque de las dimensiones del Costa Concordia.
Antes del mediodía se llegaba a uno de los momentos más críticos del proceso, cuando la nave se desencajaba de las rocas donde encalló hace 20 meses. «La maniobra se ha realizado con un movimiento suave y sin ningún problema», explicó entonces Sergio Girotto, ingeniero de la empresa italiana Micoperi que junto a la estadounidense Titan han llevado a cabo el rescate de la nave que ha costado 600 millones de euros.
«La nave está completamente separada de las rocas. La tensión tiende a disminuir como esperábamos. Estamos en fase de tracción y control. Aún tenemos mucho camino por hacer si no ocurre nada inesperado», dijo en rueda de prensa Girotto. Las imágenes de las cámaras subacuáticas robotizadas confirmaban el pase a la siguiente fase. Los gatos hidráulicos tensaban los 36 cables de acero que, unidos a la parte superior de unos cajones de aire comprimido y de la plataforma submarina instalada a 30 metros de profundidad, tiraban de la nave mientras otros cables conectados a 13 torretas levantadas a estribor equilibraban al buque.
A las 17.00 GMT el buque había girado 13 grados. El especial cuidado puesto en la operación para evitar el vertido de detergentes, lejía, combustible y aceites que aún contenía la nave, hacían prever que las 12 horas previstas inicialmente para reflotar el Costa Concordia iban a ampliarse. La Agencia Regional de Protección Ambiental de Toscana, a la que pertenece Giglio, extraía cada hora muestras de agua en la isla para controlar posibles daños al mar.
Sobre las 21 horas, las operaciones se suspendían durante una hora por trabajos de mantenimiento para impedir que los cables sueltos interfirieran con los cables tensados.
El jefe de la Protección Civil, Franco Gabrielli informaba de que los trabajos se alargarían durante la noche hasta el amanecer. No hubo que esperar tanto. Poco después de las cuatro de la madrugaba se lograba completar la rotación de 65 grados hasta enderezar por completo el barco y, según los técnicos consultados por la Rai, «no ha habido bomba ecológica».
«Hay muchos daños en el barco y habrá que hacer comprobaciones» , señalaba Nick Sloane, el director de las operaciones de rotación del crucero, en las que han trabajado unas 500 personas, entre ellos 120 buceadores, 50 ingenieros y 10 biólogos.
En la siguiente fase se instalarán quince nuevos flotadores-estabilizadores en la parte izquierda del casco y, gracias a un sistema neumático, se expulsará el agua de forma gradual de su interior. El lado estribor se encuentra bastante dañado, lo que añadirá dificultad a la próxima fase.
Una vez reflotado el Costa Concordia será posible buscar en su interior a las dos personas que aún siguen desaparecidas : la pasajera Maria Grazia Trecarichi y el camarero indio Russell Rebello. El marido de la turista italiana, Elio Vicenzi, y Kevin, el hermano del miembro de la tripulación, esperan en la isla. Será también el momento de hacer inventario de cuanto quedó en el buque para devolver pertenencias a los pasajeros en la medida en que su estado lo permita.
Está previsto que en primavera el Costa Concordia sea remolcado hasta un puerto italiano, donde será desguazado . El proceso podría durar un año. Una vez retirado, se repoblará la flora marina de la costa del Giglio, gravemente afectada.
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