Un artista de la estafa
El Tribunal de Cuentas ha condenado a Carlos Cabrera Cuaresma, ex secretario-interventor del Ayuntamiento de Huecas, a devolver más de 22.000 euros que se apropió por medio del engaño

TOLEDO. En Huecas, un municipio de 610 habitantes situado a ocho kilómetros de Torrijos, más de un vecino ha conseguido liberarse ahora, a raíz de una sentencia del Tribunal de Cuentas, del sambenito de racista que le habían colgado por acusar de estafador a un empleado municipal negro que llevaba media vida en el Ayuntamiento.
Carlos Cabrera Cuaresma fue secretario-interventor del Consistorio desde mediados de los años ochenta hasta el 24 de marzo de 2004, aunque desde 2001 estaba suspendido de empleo y sueldo tras descubrirse unas graves irregularidades en la contabilidad. Al mirar los libros, una comisión especial de Cuentas detectó que se quedaba con dinero del Ayuntamiento, cuyo presupuesto anual no llegaba por entonces a los 50 millones de pesetas. El pufo era considerable, casi cuatro millones de «rubias».
Sin mandamiento de pago ni factura
Para cometer sus fechorías, el hábil secretario rellenaba el cheque con una máquina de escribir para conseguir las firmas del alcalde y el tesorero, además de la suya; luego, manipulaba el talón, lo ponía a su nombre y se lo abonaba en una cuenta bancaria, cuyos titulares eran él y su mujer; aunque en otras ocasiones le echaba valor y lo cobraba en la ventanilla de una sucursal financiera. Después, anotaba en los libros de contabilidad que el pago se había hecho a empresas que son proveedores del Ayuntamiento, aunque éstas, en realidad, no habían visto ni un duro. Esta operación la repitió al menos 19 veces para cobrar otros tantos cheques (las cantidades oscilaban entre las 113.185 y las 350.000 pesetas).
El asunto llegó al Tribunal de Cuentas, que obliga ahora al empleado pérfido a devolver al Ayuntamiento el dinero que se llevó, 22.178,57 euros, además de 5.607,48 euros en concepto de intereses devengados. «Ha quedado probado -se relata en el veredicto- que de las cuentas del Ayuntamiento salieron estas cantidades sin que constase mandamiento de pago ni factura alguna, que los cheques fueron pagados al demandado o abonados en su cuenta (...)». La sentencia, de fecha 20 de octubre de 2004, ya es firme -el trabajador no recurrió el fallo-, pero Carlos Cabrera no ha restituido aún ni un céntimo.
Una frase lacónica
¿Por qué lo hizo? El empleado, que cobraba unos 1.700 euros netos al mes, nunca ha dado una explicación, ni al Ayuntamiento ni al Tribunal de Cuentas. El día del juicio se limitó a manifestar que él no manipuló la contabilidad municipal.
Sin embargo, para el órgano fiscalizador queda probado que el Ayuntamiento dectectó determinadas irregularidades en la cuenta general de 1998; en concreto, la emisión de 19 cheques a nombre de Carlos Cabrera Cuaresma contra las cuentas corrientes del Consistorio, «que fueron cobrados directamente en ventanilla por el Sr. Cabrera Cuaresma -un total de tres- o ingresados en su propia cuenta corriente», señala el fallo.
Cabrera estuvo empleado antes en el Ayuntamiento de Navamorcuende y ahora trabaja en el de Guadalupe (Cáceres). Aún tiene pendientes otras causas con la Justicia -por la vía penal, se le acusa de un delito continuado de estafa- relacionadas también con las cuentas del Ayuntamiento de Huecas.
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