Hazte premium Hazte premium

gente

El divorcio de Putin podría esconder su intención de contraer segundas nupcias

Cuaja la opinión de que el presidente desea contraer matrimonio con Alina Kabáyeva

El divorcio de Putin podría esconder su intención de contraer segundas nupcias abc

Rafael M. Mañueco

El anuncio del divorcio del presidente Vladímir Putin con su esposa Ludmila, hecho por ellos mismos tras asistir el jueves a un espectáculo de ballet, era ayer ampliamente comentado en la calle y en los medios de comunicación del país. Predomina la opinión de que, pese a que la decisión se ha presentado como fruto de un acuerdo mutuo, sería Putin el más interesado en la separación, ya que habría planeado contraer matrimonio con la bella gimnasta Alina Kabáyeva , que el mes pasado cumplió 30 años, o con otra mujer aún más joven.

Casi todas las consideraciones se remiten al ejemplo del ex presidente francés, Nicolas Sarkozy, y su amada Carla Bruni. Pero ayer lo desmintió categóricamente el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. «No, no es así», afirmó Peskov en declaraciones a la radio Eco de Moscú. Según sus palabras, «No es nada difícil, aun sin ser un experto, observar la agenda de trabajo de Putin y entender que su vida, quizá lamentablemente, no está atada de manera alguna a ningún tipo de relación sentimental. Su vida está ligada sólo a sus obligaciones, a las responsabilidades que asume como jefe de Estado».

El portavoz presidencial recalcó que todo lo que se habla sobre una supuesta relación de Putin con Kabáyeva u otra persona son «cotilleos, murmuraciones e invenciones». A la pregunta del presentador sobre qué va a pasar ahora con Ludmila Pútina, Peskov respondió que «no lo sé y no me siento con derecho a…Mire, le sugiero no inmiscuirse en la vida privada de los demás. Todavía no han formalizado su divorcio legalmente».

«Algo sí le puedo decir con toda seguridad. Ella le está agradecida a Putin. Primero, porque entre ellos mantienen unas relaciones humanas excelentes y, segundo, porque Putin continúa cuidando de ella y de sus hijas, que son ya mayores e independientes». Finalmente, a la petición de concretar cuándo exactamente será oficial la separación, el portavoz del Kremlin dijo que «es un formalismo. Dejémoslo para Vladímir Vladímirovich y Ludmila Alexándrovna. Es un asunto privado de ellos».A juicio de Peskov, «todo lo dijeron ellos detalladamente y no hay nada más que añadir».

La imagen de Putin

Llevaban casados desde el 28 de julio de 1983 y el mes que viene hubieran podido celebrar los 30 años de matrimonio, las bodas de perla. El jueves, después de la representación del ballet «Esmeralda» en el Palacio de Congresos del Kremlin, el presidente ruso y su cónyuge dieron la noticia de su divorcio a la cadena de televisión «Rossía-24». Ella dijo que «prácticamente no nos veíamos» y calificó la separación de «civilizada». Putin, por su parte, admitió que ha sido el trabajo lo que le ha impedido llevar una vida matrimonial normal. Hizo hincapié en que sus dos hijas, María, de 28 años, y Ekaterina, de 26, «se educaron en Rusia, en donde viven de forma permanente».

Esta frase ha llamado la atención de los analistas, que creen que Putin quiere marcar distancias con el resto de la élite del país, cuyos hijos suelen estudiar y vivir en el extranjero. Sin embargo, nadie las ha visto ni estudiando ni viviendo en Rusia. Se sabe muy poco de ellas. Al parecer, están casadas. De María se comenta que vivió en Alemania y ahora en Holanda. Pero el paradero de su hermana, Ekaterina, es un misterio.

La socióloga Olga Krishtanóvskaya cree que si Putin entabla relaciones con alguna joven perjudicará su imagen ante el electorado más conservador y también ante las mujeres de más de 40 años. Por el contrario, si se mantiene soltero, estima Krishtanóvskaya,«su popularidad subirá». Esta afirmación no la comparten muchos otros sociólogos, que consideran que los rusos están acostumbrados a ver a sus dirigentes dentro de una familia sólida, al menos de puertas para afuera.

Lo cierto es que la última vez que un jefe del Estado ruso se divorció fue en 1698. El zar Pedro I el Grande se separó de Evdokía Lopújina y la envió a un monasterio por su complicidad con la rebelión de los «Streltsí».

La radio Eco de Moscú mostraba ayer en su web, junto a la fotografía de Putin y Ludmila anunciado su separación, otra instantánea, tomada en 1984, del ex presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, y de su esposa Raísa, una pareja considerada ejemplar por su fidelidad y compenetración. Aparecen muy acaramelados en la cabina de un avión.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación