Paulina Rubio «compra» la paz con Colate por 180.000 euros

En un principio se dijo que Colate reclamaba a Paulina la custodia del pequeño Andrea Nicolás, además de un millón de dólares como compensación por haber dejado su trabajo tras contraer matrimonio con la cantante. Pero no hubo manera de ponerse de acuerdo y la pareja protagonizó un juicio en Miami, en el que se vivieron algunas escenas de lo más agresivas. Ofrecieron un espectáculo que en nada estaba favoreciendo la carrera musical de Paulina, célebre por su mal carácter.

Ese ha sido uno de los argumentos esgrimidos por los abogados de la mexicana a la hora de convencerla para que pague a Colate. Por muchos admiradores que tenga, este proceso estaba suponiendo un desgaste continuo de su imagen y un escándalo en el que la primera víctima es un niño que, aunque hoy permanece ajeno, en cuestión de unos años podrá enterarse de las cosas tan poco amables que sus padres se decían ante un juez.

Lo más curioso es que a pesar de la confirmación de esta información por parte de la revista «People» , es el propio Colate quien me asegura que no quiere hacer ningún tipo de declaración hasta que todo el proceso esté terminado, que no ha hablado con nadie y que sólo lo hará cuando tenga todo bien claro. Vamos, que prefiere la prudencia hasta que se firmen los documentos, se ejecute el pacto y se termine la pesadilla. Tal vez luego nos sorprenda con una exclusiva, como ya hizo en una revista cuando comenzó su proceso de divorcio con Paulina. Dicho reportaje sentó como una patada donde más duele a la cantante. Ella prefiere lanzar sus dardos desde Twitter con mensajes como «el tiempo es lo único que tiene que pasar para realizar tus proyectos, tus relaciones, y creo que las mujeres somos mucho mejores que ellos (los hombres) porque somos más leales; tenemos la virtud de ver las cosas con más claridad que ellos».

Lo cierto es que desde que se casaron en México, en 2007, muchas fueron las veces en las que se habló de los problemas de convivencia que tenían, historias que al principio siempre se encargaron de desmentir públicamente. La llegada al mundo de su único hijo fue uno de los momentos más felices del matrimonio, pero, tras muchos desencuentros, decidieron separarse y gestionar su divorcio. En esa batalla Colate ha tenido que escuchar cómo le calificaban de mal padre por no cuidar a su bebé como su exmujer quería; incluso, le pusieron vigilancia para intentar captar alguna escena que le perjudicara de cara al juicio.

La estrategia de Vallejo-Nágera ha sido la de armarse de abogados e ir a por todas. Para él lo primero es poder ver y tener a su hijo, por el que siente auténtica adoración; considera secundario reclamar el dinero que cree que le corresponde por seguir los pasos de su mujer. Amparándose en procesos similares, en los que casi siempre la demandante es la mujer, quien se queda en casa al cargo de la familia, en este caso es un hombre quien exige y cobra la indemnización que supla los ingresos que, asegura, ha dejado de percibir. Satisfechos cada uno a su manera, al final tendrán la custodia compartida del niño. ¿Habrán enterrado definitivamente el hacha de guerra?