Enfado en sectores del PSOE por los desplantes de Sánchez a Zapatero

Explicitó su pésima relación con el expresidente al impedirle hablar y excluirle del paseíllo con González

Enfado en sectores del PSOE por los desplantes de Sánchez a Zapatero ABC

gabriel sanz

14/04/2015
Actualizado a las 14:15h.

La figura de José Luis Rodríguez Zapatero sigue sin dejar indiferente a nadie tres años después de su salida del Gobierno. La última controversia viene motivada por el escaso protagonismo que la Dirección Federal le reservó en la Conferencia Municipal socialista, el pasado domingo. Fue ... una presencia de atrezzo porque Pedro Sánchez -con quien mantiene una pésima relación-ni permitió que le acompañara (junto a Felipe González y Ángel Gabilondo) el paseíllo triunfal de entrada al pabellón 2 de Ifema, ni luego le dejó hablar ante los 3.000 asistentes. «Me hubiera gustado escucharle», se atrevió a afirmar ayer en la Cope el candidato a la alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona. Es el único que lo ha señalado en público, pero, en privado, muchos otros ya el mismo domingo calificaban de «desaire» hacerle entrar con César Luena y miembros de la Ejecutiva para estar de oyente.

«Es tan expresidente como Felipe González», recuerda para ABC un barón socialista en reivindicación de mejor trato. «Yo no hubiera ido», señala un diputado. «Tiene la suficiente experiencia para intuir lo que iba a pasar cuando te proponen un programa sin intervención ante los militantes. Rubalcaba no estuvo y, si él hubiera declinado la invitación, no habría pasado nada. Cuando Felipe dejó el poder pasaron años hasta que se le rehabilitó ». Sin llegar a ese extremo, otras fuentes creen que lo del domingo se pudo evitar dejando a Zapatero el protagonismo del sábado, que no tuvo mucha repercusión, «si lo que se quería era alejarle del acto con Felipe el domingo». «Cualquier cosa menos lo que pasó», señalan esta fuente.

Difícil solución

Lo cierto es que el problema tiene difícil solución porque no depende tanto de que la obra de Zapatero salga de la memoria reciente para entrar en los libros de historia, como de que su relación con el actual secretario general empeora por momentos.

La cara del expresidente durante el acto -pese a su, por momentos, animada conversación con Luena- era un poema. De hecho, cuando acabó todo y se le preguntó a la salida por el anuncio de Felipe González de que apoya a Sánchez, incluida la candidatura a la Presidencia del Gobierno, Zapatero se limitó a responder cariacontecido: «Sí, claro, siempre».

Paradójicamente, el último expresidente del Gobierno socialista fue uno de los mentores de Pedro Sánchez cuando la presidenta andaluza, Susana Díaz, renunció en julio pasado a desembarcar en la Secretaría General del PSOE. Él fue quien se reunió en un hotel de las afueras de Madrid a Sánchez con Susana Díaz, Tomás Gómez -luego defenestrado-, Ximo Puig y Emiliano García-Page, para formar la mayoría que derrotaría a Eduardo Madina en la votación el 14 de julio.

Pero la cosa se empezó a torcer en octubre, cuando el líder del PSOE anunció que el Grupo Socialista se sumaría a una iniciativa de Izquierda Unida para rectificar el «error» de la reforma del artículo 135 de la Constitución para anteponer el pago de la deuda. Zapatero se lo tomó como una traición, y así se lo hizo saber a Sánchez, recordándole que él formó parte de la delegación que negoció la reforma de la Carta Magna y, además, que estratégicamente no tenía un pase porque era hacer seguidismo de IU.