Relevo generacional
El Congreso envejece: sólo 20 de los 350 escaños los ocupan treintañeros
Dos de los diputados más jóvenes aseguran que la juventud no es un valor en sí mismo pero reinvindican la nueva visión que pueden aportar a sus Grupos Parlamentarios
M. Ruiz Castro
Sólo 20 de los 350 asientos de la Cámara Baja los ocupan diputados de 35 años o menos. Y de esos 20, sólo tres cumplirán este año la treintena , según datos de la web del Congreso. Mientras que adelgaza el número de diputados jóvenes, ... la lista de Sus Señorías mayores de 60 años no hace sino engordar. El Parlamento envejece. Y en un tiempo en que hasta el propio Rey Don Juan Carlos alegó la necesidad de que una nueva generación tomara el papel protagonista para abdicar la Corona en su hijo, el relevo generacional en el Congreso parece todavía una asignatura pendiente.
«Se dice que hacen falta jóvenes en las instituciones porque se apela a la necesidad de que el representante se parezca al representado, que comparta sus intereses», indica el politólogo y doctor en Ciencias Políticas Pablo Simón, que acaba de publicar el libro «La urna rota» junto a otros autores. «Los jóvenes no están en política y sus prioridades quedan aisladas», indica.
El líder de las Juventudes Socialistas (JSE), Nino Torre, defiende que nuestro arco parlamentario está menos envejecido que el de muchos países europeos. «Es más una cuestión de actitud política y una renovación en la ideología que manifiestan en su escaño que una cuestión de edad», sostiene.
Pero no basta simplemente con sentar a más treintañeros en los escaños del Congreso. «Se trata de que la juventud esté mejor representada», apunta Simón, e indica la importancia de la experiencia política de quienes entran en el Parlamento, los vicios del propio proceso de reclutamiento de las personas de menos edad dentro de los partidos o al poder que, una vez en la Cámara Baja, tengan dentro del propio Grupo Parlamentario.
Sobre ese proceso de «reclutamiento», Simón insiste en que muchos de los jóvenes que ocupan escaños lo hacen sin experiencia política o de gestión previas. «No sólo hay que ver la foto final y ver las edades de quienes posan en ella», insiste.
En esa labor de reclutamiento juegan un papel protagonista las juventudes de los partidos, sus «canteras». El líder de JSE, y también diputado regional, apunta a la necesidad de «un cambio de mentalidad en todos los ámbitos de la sociedad». «No hablamos ya sólo de relevo generacional, no debe ir estrictamente ligado a la edad de los representantes, si no a su manera de pensar y de hacer política».
«La desafección política que sufren los y las jóvenes españoles creo que deriva de varios motivos» que han derivado en «un enfado colectivo y una aversión hacia la clase política», señala Torre. «No se puede recuperar la confianza y las ganas de los jóvenes de participar en el sistema democrático si no se ven representados y amparados en él», indica.
Torre cree que «los jóvenes no valoran tanto la edad si no la referencia y las consecuencias que las actuaciones anteriores de los políticos tuvieron para ellos». Y recuerda que «el 60% de la ciudadanía no votó la constitución del 78». «Los jóvenes están ávidos de políticos que tienen mucho que decir y que representan una nueva sociedad que busca ampliar su espacio ante el inmovilismo de los que ya demostraron que no tienen mucho más que aportar», señala.
«Lo que debe primar es la valía»
Dos de esos «políticos que tienen mucho que decir», los más jóvenes del Congreso, acuden cada día a la Cámara Baja con ánimos renovados y una ilusión, la de su juventud, manifiesta.
Belén Hoyo, nacida en 1984 y diputada del PP por Valencia, es una de las benjaminas del Congreso, pero no cree que su juventud sea un valor en sí mismo. «No creo en las cuotas de ningún tipo, ni en las cuotas por género ni en las cuotas por edad. Creo que lo que debe primar es la valía de la persona independientemente de la edad o el género al que se pertenezca», indica a ABC.
Coincide con ella su compañero de partido, Teodoro García Egea, nacido en 1985 y diputado por Murcia. «No se debe apostar por alguien por el mero hecho de ser joven. Prefiero gente que venga a aportar, de cualquier edad», señala. Y compara al Congreso con una empresa con millones de accionistas: los ciudadanos. «Para la gestión, la experiencia también es importante». Por ello, García Egea defiende una «combinación perfecta entre experiencia y juventud». También Hoyo cree que la receta de un Parlamento perfecto es la combinación de personas mayores y jóvenes, «la suma de experiencia e ideas nuevas».
García Egea, ingeniero de Telecomunicaciones, asegura que cuando entró al Grupo Popular, con 26 años, agradeció que otros le sirvieran de guía, que le señalaran dónde se equivocaron ellos. Y asegura tener compañeros dentro del partido que aunque superan los 50 años tienen un «espíritu» mucho más joven que gente 20 años menor.
Hoyo pone el acento en el «sentido común». «Es fundamental para dedicarse a la política, tanto para legislar como para gestionar. Y no va en función de la edad. Hay personas que desde muy jóvenes tienen sentido común y personas que no llegan a tener sentido común nunca, ni con 60 años», señala.
Esa experiencia que el joven diputado García Egea pone en valor —«algo que no se estudia»— le hace estar «profundamente agradecido», según señala, a una generación «que nos ha traído hasta este momento», pero asegura que los ciudadanos demandan ahora «algo más». «Hay que replantearse las cosas. No tener experiencia es también tener un valor: el de estar más abiertos al cambio», asegura.
A García Egea le apasionan los cambios tecnológicos, y asegura que su generación, la casi nativa digital, «tiene una óptica diferente» y «una actitud más crítica». «La tecnología ha cambiado nuestro comportamiento y nuestra forma de relacionarnos, y en los procesos de participación ciudadana y de toma de decisiones todavía se ignora esto», se lamenta. Es uno de los motivos por los que cree que es necesario que entre al Parlamento gente joven, que introduzca «cambios a futuro» y que domine las oportunidades que las nuevas tecnologías brindan a la política. «Ese 'siempre se ha hecho así' tiene que cambiar por un '¿por qué lo hacemos así?'», sentencia.
Hoyo también se refiere a las nuevas tecnologías y en especial a Twitter y las redes sociales , un nuevo cauce de comunicación con los ciudadanos que Sus Señorías de más edad olvida. «Por una parte, podemos transmitir de una manera transparente y directa nuestro trabajo y, por otra, podemos conocer las propuestas e inquietudes de muchos otros jóvenes y no tan jóvenes», asegura.
Grupo parlamentario y poder
Aunque las presidencias y portavocías de las diferentes comisiones del Congreso no suelen ocuparlas los diputados más noveles, los dos jóvenes diputados aseguran que en el Grupo se les escucha. García Egea explica que planteó a Alfonso Alonso y Rafael Hernando, portavoces del Grupo Popular, la necesidad de introducir cambios legislativos tras la irrupción del coche eléctrico. «Lo que recibí fue una gran predisposición a escucharm,e y en septiembre está previsto que aprobemos una Proposición no de Ley para que no nos cobren por cargar los coches eléctricos en los garages públicos, por ejemplo», explica.
El líder de JSE, parlamentario en la Junta General del Principado de Asturias, asegura que se cuenta con él y con otros jóvenes parlamentarios asturianos dentro de su Grupo. «Unos tienen más responsabilidad que otros, dependiendo también del tiempo que puedan dedicar a su trabajo, pero siempre se nos da un espacio de actuación que sirva además para adquirir mayor experiencia política en el ámbito institucional», señala.
García Egea no duda, sin embargo, en reinvindicar la necesidad de un relevo generacional. «Hay que ir dándole más peso a la gente joven, porque a los problemas que tenemos ahora como sociedad no podemos darles las misma respuesta que hace veinte años». Y anima a los jóvenes a participar en política: «El Congreso se puede cambiar desde dentro, aportar una visión y lograr que la gente con experiencia te la compre», insiste. «La gente joven solo necesita una oportunidad y yo me esfuerzo cada día por merecer la mía».
Torre también cree que lo que necesita el sistema político y democrático es, precisamente, esa manera de entender la política que tienen los jóvenes, una visión «pura», «que algunos pueden tachar de idealista». «Los partidos políticos debemos considerar esto como un valor del que nutrirnos abriéndonos a una mayor participación de los jóvenes», insiste.
Reconoce, además, que existen «nuevos reclamos de reformas profundas que, abanderados por los jóvenes, se deben llevar a cabo». «La única propiedad que tenemos la juventud es el mañana, y no puede ser que se decida sobre él hoy dejándonos apartados en un rincón», señala.
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