PSE y PP acusan al PNV de «caer en los brazos» de Sortu

Socialistas y populares vascos han expresado en las últimas horas su «enorme preocupación» ante el «cambio radical» de estrategia del PNV, al que acusan de «caer en brazos» de Sortu y secundar su victimismo poniéndose al frente de una manifestación hoy cuyo fin último –defender los «derechos» de los presos de ETA- prohibió ayer el juez Velasco. La fotografía de unidad protagonizada este viernes por los presidentes del PNV y Sortu, Andoni Ortuzar y Hasier Arraiz, «inquieta» mucho en las filas de PSE y PP, que venían de alcanzar un gran acuerdo de estabilidad con el partido del lendakari Iñigo Urkullu. Pero ayer la foto fue la del Pacto de Estella, de los nacionalistas contra el Estado, la de «los nuestros y los otros».

La presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, ha denunciado que la convocatoria de esta tarde es la imagen siempre buscada del soberanismo vasco, de «una unión de intereses entre quienes han hecho más daño» al País Vasco y el partido que gobierna en este momento. En una rueda de prensa en San Sebastián, Quiroga ha calificado de «equivocación» y «error enorme» la decisión del PNV de liderar la marcha silenciosa, volviendo a romper a la sociedad vasca en dos –constitucionalistas y nacionalistas-, lo que supone a su juicio «una gran responsabilidad que le pasará factura». Quiroga ha recordado que los de Sabin Etxea «rehusaban» participar en marchas que «simplemente decían ETA no», mientras que ahora corre en auxilio de Sortu.

PSE acusa al PNV de apoyar a Batasuna

También el PSE, en una nota, ha expresado su «enorme preocupación» por la actitud del partido de Andoni Ortuzar, ya que lo que hace es «dar cobertura a la incapacidad de la izquierda radical (Batasuna) de asumir su propia responsabilidad en un pasado terrorista que alentó y justificó». Los socialistas, que no se han referido al apoyo de sus compañeros de San Sebastián a la declaración del Ayuntamiento de Bildu rechazando las detenciones, sí creen que «una cosa es criticar las decisiones del Gobierno de España o de la judicatura», y «otra muy diferente es caer en los brazos de la antigua Batasuna».

Tras denunciar la «hipocresía» de Sortu al presentarse como «defensor de los derechos humanos» cuando «fue incapaz de reclamar los más esenciales mientras ETA asesinaba y amenazaba la libertad» de los españoles, el PSE ha hecho hincapié en la preocupante vuelta al pasado de «división» del nacionalismo, «entre los nuestros y los otros».

Es la primera vez que PNV y Batasuna convocan una manifestación juntos, desde 1999 . De hecho, desde 2010 los dirigentes de Sabin Etxea dejaron de secundar en la calle unas movilizaciones en las que han aguantado gritos de «traidor español» por parte de los simpatizantes de la «izquierda abertzale». Desde entonces, Urkullu dio orden de no «hacerles la campaña», una instrucción que hoy se convierte en pasado.